Un tren de mujeres

Mi formación inicial como sumisa que mi Amo quería darme, tenía por objeto desinhibir me de mis complejos con mi cuerpo, de que rompiera mis miedos y fuera capaz de disfrutar de mi sexualidad tal y como siempre había soñado.
Mi Amo me conoce, sabe mis fantasías, mis gustos, me conoce quizás mejor que yo misma.
Con este objetivo fuimos a un club donde habíamos quedado previamente, ésta vez recibí un regalo, mi cola de perra. Mmmmm, que orgullosa iba luciendo mi cola, mientras mi Amo tiraba de mi collar, notaba que todos nos observaban y eso me ponía cachonda, deseosa de que mi Amo me utilizara.
Nos sentamos con la pareja, para intercambiar unas palabras mientras bebíamos nuestra copa preferida, agua, hielo y limón. Luego mi Amo le invito a pasar a la zona de juegos, yo estába deseosa, eso significaba atarme a la cruz, oh sí como me gusta!!!
Empezamos con el rito de entré a mi Amo, y luego me ato a la cruz, de espaldas a Él, con mi cola negra cayendo entre mis piernas, ya sentía mi coño mojado y empezaron los azotes
Color?? Me decía mi Amo, verde, contestaba yo e iba subiendo la intensidad de los azotes. Mmmmm, vuelvo a recordarlo y vuelvo a correrme, mi Amo sabe cómo hacerme llegar abla corrida más intensa. Y así fue, mi cola cayó al suelo de lo dilatado que tenía mi culo y yo me corrí, arqueando mi espalda sujeta de pies y manos. Ufff la diversión había empezado.
Pero desafortunadamente la pareja con la que fuimos no se encontraron cómoda con nuestros juegos así que mi Amo cambio de técnica.
Me iba a hacer probar algo que nunca había hecho antes.
Fuimos a la cama grande me sujetó de pies y manos, las piernas muuuuy abiertas y empezó a pajearme, que locura!!! Notaba el calor en mi cuerpo, mi clítoris hinchado, yo gimiendo como loca y empezaron a acercarse otras parejas, otros chicos. Mi Amo decidió que era hora de que otr@s me usarán, joder, me estaban haciendo correr, uno detrás del otro y me desató.
Sube más arriba y fue una orgia lo que comenzó ahí, mujeres, hombres tocaban mi cuerpo, yo me comía alguna polla, besaba bocas, lamía pezones, era una locura, era placer puro.
Pero mi Amo me dió una orden que me paralizó, vas a comerte el coño de esta tía, y me señaló la elegida. Dios, eso no lo voy a poder hacer!!, me vinieron mil dudas, no iba a poder, eso era desobediencia y mi Amo podría enfadarse y mucho.
Fueron unos pocos minutos y después de volverme a repetir la orden, fui hasta ella y empecé a lamer su coño, al principio tímidamente, pero luego empecé sentir placer con el acto, mi Amo se acercó y me dijo cómetelo puta mía, sabe que sus palabras me ponen aún más caliente.
Mientras yo me comía ese coño jugoso a cuatro patas, noté que empezaban a hacerme lo mismo a mí. WoW que subidón, mis pezones estaban que estallaban, mi coño palpitando, me lo estaban comiendo y lo estaban haciendo muuuuy bien.
Mi Amo ose acercó a mí y me dijo gira la cabeza y mírate en el espejo. A mí izquierda había un inmenso espejo que ni había visto, allí vi mi imagen delante del coño de una tía abierta para mí, y quién me comía a mí era otra mujer, éramos tres mujeres disfrutando del placer como locas, la noche acababa de empezar y mi Amo consiguió lo que deseaba, ahora no hay nada que me detenga a la hora de disfrutar del placer.