El cine

Después de un tiempo quedando, ambos decidimos cumplir nuestra fantasía de enrrollarnos en un cine. Decidimos ir a las diez, y a una pelicula cualquiera. Nos sentamos detrás, aunque no del todo. En la fila contigua habia una o dos personas,   la mayoria estaban sentadas delante. Estuvimos poco tiempo quietos. Apenas empezó la pelicula, yo empecé a meterle mano por encima del pantalón. Aquello ya estaba bastante duro por el morbo. Lo acaricié un rato disimuladamente. Él apenas se movía, pero empezó a entreabrir los labios y respirar mas profundo. Aquello me animó y busqué sus botones. Desabroché uno a uno lentamente. El, algo desesperado, me ayudó, ya que no era tarea facil desabrochar aquello sentado. Llegué a mi meta y saqué su polla que dió un respingo fuera del pantalón. Mi acomañante se puso mas cómodo, dejandose caer un poco en el asiento. Y sutilmente posó su mano sobre mi muslo derecho. Miré a los que estaban mas cerca, que sin duda podían vernos si viraban la cara. Eran dos hombres jovenes, sentados separados el uno del otro. Yo me arrodillé delante de mi amigo, como pude en tan poco espacio, e ignoré la posibilidad de ser vista. Seguí acariciando su pene un rato, de forma suave y muy despacio. Tenía unas enormes ganas de metermelo en la boca, pero esperé un poco mas. Al rato de ver que mi amigo estaba bastante excitado, me acerqué mas y pasé mi lengua por su pene. En unos minutos, uno de los hombres de la misma fila, se sentó detrás de nosotros, no sin dejar de mirar la pantalla. Yo lo miré y segui lamiendo. Aquelllo me dió tanto morbo que sentí una oleada de calor en mi entrepierna. No hice ninguna señal a mi acompañante de que nos estaban mirando, y seguí lamiendo golosa. Cuando me la metí en la boca, volvi a mirar a nuestro publico, y ya se la había sacado y se estaba tocando de lo lindo. Yo cachonda perdida me llevé una mano a mi propia entrepierna, y empecé a tocarme. Mi amigo luchaba por no gemir muy alto, pero se le oía bastante. Y no hay cosa que me ponga mas cachonda, que oir a un hombre gemir. 
Sus fluidos preseminales, empezaron a llenar mi boca. Yo estaba ya a punto de correrme, pues la situación tan morbosa me podía.
Mi chico estaba ya bastante cachondo, loco por correrse en mi boca, que aunque normalmente, tardaba bastante, la situación no era para menos. La travesura y el hecho de que nos estaban viendo y disfrutando con nosotros, me hizo ponerme a mil. Así que tardé poco  en correrme, casi al unisono que nuestro amigo de atrás. El cual soltó un gemido tan fuerte, que mi amigo le acompaño simultaneamente en la corrida. Así mismo, viró la cabeza y lo vió detrás, pero ya era tarde para decirle nada, ya que él tambien se había corrido abundantemente en mi boca. Yo me lo tragué y segui comiendo un rato más. Nuestro amigo, cuando volví al asiento, estaba mirando la pantalla, como si con él no fuera nada. Miré a mi acompañante y sonrió entre dientes. Yo picaramente también, No tardamos mucho en salir de aquella sala, ya que la película era infumable y además no nos habiamos enterado de mucho. Nos fuimos felices de haber cumplido aquella típica pero morbosa fantasía mutua. Después de aquello, la repetiriamos varias veces, y casi siempre con público detrás. El morbo estaba servido.