Iniciando a una verdadera Hotwife

Un anuncio, múltiples mensajes de toma de contacto, un intercambio de fotos, más charla y las cosas se torcieron pero para bien. El anuncio no era interesado en chico solo, pero acabó en una cita para el día siguiente.
Despacio y buena letra. Con calma. Debe ser así. Tenía la ventaja de que accidental y casualmente el día anterior, me había masturbado y exhibido delante de esa linda y morbosa hembra. Ella acompañada por su marido en busca de un refugio de piedra apartado, querían ver y ser vistos, pero ella se irguió justo en el momento q yo pasaba a 2 metros de su refugio, casi encontrandonos de frente. Y como un xuricato, se quedó cortada y tras mirarme de arriba a abajo, aparto levemente la mirada y se agachó lentamente. Lentitud que la delató. Pensé: morbosa a la vista.
En mi trayecto tranquilo y alegre, desnudo y contento, bajo un sol fuerte y una brisa que compensaba maravillosamente ese irradiar, la caminata por ese desierto rocoso rubio se tornó excitante. Oí q no estaba sola. Supe mirar sin aspavientos, al paso, con naturalidad y buscar un lugar de observación discreto pero directo, a unos 15 metros en un nivel más bajo al de ellos y apartado del sendero q llegaba allí. Unos segundos y la misma cabeza vuelve a asomar sólo hasta las cejas. Es ella curioseando otra vez. Mi miembro como habitua, se activa instantáneo. Semierguido, grueso, bamboleante a mis leves movimientos de cadera, no soy un monster cock, pero mi aparato siempre ha dado buenas primeras impresiones. Tengo un pequeño parapeto por si algún tercero aparece, a modo de rocas. El marido se asoma levemente también a controlar. No hay gestos, yo doy mi espalda y semiperfil, mantengo mis respetos, miro al mar desde la altura, controlo con el rabillo del ojo, brazos en jarra, leves giros de cadera oteando el oceano, no tengo prisa ninguna. El marido se agacha y oculta y ella se asoma por la entrada del refugio, orientada a mi posicion. Se acomoda asomada mirando hacia el infinito, la veo parcialmente de busto hacia arriba. No tiene experiencia, queda claro. La cara inexpresiva y gesto atenazado no concuerda con lo erguido y puntiagudo de sus pezones. Esta petrificada, mirando en mi dirección pero disimulando mirar al horizonte, rozando lo absurdo. Yo en semiperfil no me exhibo directamente, me acaricio suave repasando mi glande hinchado y dispuesto, me rozo la cadera derecha con el y le voy dejando entrever con pequeño giros a un costado y a otro lo que hago, ella me observa por la espalda, me siento muy observado. Me doy la vuelta, su nariz y torso se expanden con una gran inhalación contenida, no gesticula su cara, pero su respiración exhala despacio como un suspiro, su comportamiento la delata, está encendida. Mi parabólica lo capta, se llena a su máximo, erguida se muestra musculosa mientras le enseño la flexibilidad de mi prepucio y todo su recorrido, su dureza. Y grosor.. El marido se asoma de nuevo para seguir la jugada, ella reacciona con timidez, le susurra algo y se mueve un poco hacia dentro, perdiendo visual. No se atreve, pero lo disfruta. El marido susurra, ella no quiere arriesgar, está insegura y a la vez loca por más... Ahí queda la cosa. Un matrimonio de senderistas se asoma a lo lejos, se desvanece el juego y me retiro sin problemas, sigo con mi paseo desnudo al sol... Paciente...
Mañana siguiente: anuncio paraja busca parejas, para primeros pasos, experimentar mirar y posibilidad remota de algún chico solo. Escribo y Voila!, al contarles q ayer mismo estuve en la zona que les interesaba y q me gusta el exhibicionismo, atamos los pocos cabos y nos echamos unas risas, vaya coincidencia. Quedamos en el mismo lugar, pero esta vez yo debía pasar dentro, por deseo de ella, y mensaje de él. La idea era solo conocernos, pero me reconoció en los mensajes que no recordaba un nivel de excitacion similar al de ese ratito.
Llegue al lugar, él escueto en sus palabras, ella temblando literalmente el espacio es limitado y el se coloca a la espalda de ella. Estrechamos las manos y lo detecto: Alemanes. Ella una madura en gran forma física, abdomen marcado y piernas envidiables. El algo más dejado, rondaban los 50. Nada más saludarnos mi aparato ya se marcaba en el bañador, ante esa sensación de incertidumbre siempre reacciona activandose, ella lo mira en la charla de introducción. Estarán una semana, quieren hacer senderos, subir calderas y "un poco" de buen sexo. El quiere mirar y verla, prefiere intercambio de parejas pero no ha habido suerte y le da morbo que ella disfrute un macho más joven. Le pregunta a ella si es verdad, se rie y no contesta, está un poco fuera de su zona de confort. Por mi parte, viendo como me mira me siento alagado y lo agradezco, aprovecho sonriente para acariciarla con un par de dedos el muslo hacia la cintura como una pluma, con la otra mano le pongo su mano en mi bulto. Estamos sentados en su toalla y ella del primer contacto ya gime algo directamente, me agarra el paquete y masculla algo en alemán y resopla al notar la dureza. El me dice q si con la cabeza, inerte queda en segundo plano. Saco los condones, a la vista y alcance, esto va en serio. Me acerco a su cuello, susurro y resoplo suave, se eriza su piel, sigo con las caricias y la retumbo. Continuamos para bingo. Meto la mano por su bikini. Esta tan mojada q se me hunden los dedos hacia dentro. Freno y me quedo en su clitoris suave y en redondo. Me gusta su coño, rasurado a la perfección. Ella jadea mucho, se acerca al climax. Sospecho q puede ser multiorgasmica por los jadeos y la facilidad, buenas noticias, ya somos dos. Le pregunto susurrando si lo es. Se ríe y respira agitada, quiere que lo descubra. Su marido me chiva sí con la cabeza. El asiste sin moverse, disfruta con la vista sin participar en absoluto. En su lugar, yo me estaría al menos pajeando o susurrandole cosas, pero el no quiere ni hablar, su lujuria se lo impide. Inmejorable por ahora. Noto que los jugos de ese perfecto coño siguen yendo a más, moja mucho más de lo normal. Es momento de recostarla, lo hago sobre la falda de su marido. Se cruzan una mirada, ella contiene una carcajada nerviosa, está flipando y a mil por hora. Parece sumisa, su marido le acaricia el pelo por fin, al menos un gesto pienso parecía de hielo; y le dirige la posición de la cabeza para que me enfoque a mí, paerece estar rezando por dentro para que nada se tuerza, pienso que debe llevar tiempo deseandolo y quiza sea ella la que no se atrevió antes, quien sabe. Por lo pronto todo progresa adecuadamente, mi mano ya está practiacamente entera macerada en humedad mientras ella sigue nerviosa, me agarra los hombros y lo alterna con caricias tímidas al torso. Toca mi polla como si fuera la lámpara de Aladin, sin atreverse del todo. Pongo mi mano izquierda por debajo de su ombligo y comienzo el descenso a su bajo vientre, bajo el talón de la mano a su monte de venus, palma abierta y apoyada, amaso suave pisando hacia mi y abajo y sostengo su vulva bien presionada hacia extendiendo y haciendo que se proyecte y abra sin soltar la presión. Mientras, me coloco de rodillas y me encojo en plegaria sin mover esa mano, me impulso a bajar mi cabeza vuela en retroceso en paralelo a su cuerpo, para que note mi respiracion, mis labios y algo de mi saliva, bajo hasta el medio de sus rodillas, paro el movimiento y regreso en un vaiven paralelo, escudriñando sus vellos de punta, hasta rozar con mis orejas con sus muslos en muy lento movimiento. Quiero que sienta mi aliento, le voy soplando suave mientras acaricio pezones con la mano libre, el aterrizaje es suave y pesado, mi cabeza se hunde y mi lengua rebaña y surca su coño y aprisiona su clitoris quedando dentro de mi boca de besugo. Succión suave y penetracion de dos dedos buscando en su suelo pelvico ese punto magico skene, y notando los espasmos. Huele genial, perfumado, sabe delicioso. Dos manos ocupadas, una boca, una lengua y una respiración. Del otro lado, un monte de venus sobreexpandido exponiendo toda la vulva y un frenesí húmedo de fricción, succión agitación y movimientos de clitoris y skene. Esta reteniendo como puede su primer orgasmo, sufre y lucha, yo paro mi lengua para facilitarle la pelea. Es una piscina, me encanta. Mis dedos siguen urgando mientras libero la presión de la mano de arriba. Estiro mi mano y le muestro un condon, quiero que anticipe imágenes. Ella parece no saber que hacer. Lo voy abriendo despacio en un malabar de dientes y postura de twister, mientras sigo tocandola con mi cabeza todavía hundida y mi lengua recorriendo todos sus rincones. Pudiera ser monogama y tradicional, me pregunto dudoso. Tal como me enfundo el condon, le muestro que ya estoy listo y repentinamente me empuja suave hacia atrás. Quedo de rodillas, cuadriceps estirados y piernas abiertas, apoyo atrás mis brazos erguidos para que se sirva. Me agarra fuerte la polla, succiona fuerte y profundo, un poco brusca, vaya ganas tenía, jadea y siento su aliento y su saliva caer por mis huevos, relame y engulle hasta donde puede generando más saliva, me moja mucho, ahora si que no sabe ni donde esta su marido, está en visión tunel. Temo que puedo durar poco, noto mi leche borbotear, le pido "slower"... Y no me importa correrme en cualquier momento porque sé que puedo seguir varias veces sin parar, pero lo evito para no crear confusión, que lo descubra más tarde. Además nunca me gusta correrme sin preguntarle a la chica si tiene alguna preferencia, si puedo darle un capricho con mi leche, siempre es un honor y un fetiche particular, y sobre todo la primera descarga que es la más abundante. Sin haber parado un par de minutos esa mamada alocada y pasional, tras mi petición, ata un poco su fiera y liberandome no sin esfuerzo de sus fauces se echa hacia atrás mientras me pregunta enfrentados de rodillas y relamiéndose, con su barbilla brillante y espesa, imagen de auténtica cachonda desbocada, está impaciente y lanzada, quiere ser ya penetrada. Le digo q vuelva a tumbarse, se extraña un poco de mi parsimonia. Me coloco encima, sigo arrodillado e inclino mi torso en medio de sus piernas, agarro sus dos nalgas metiendo las manos como dos escavadora entre toalla y piel, amaso, abro y cierro, provoco movimiento circular lento y completo, y le vuelvo a hundir la lengua bien dentro, la penetro con ella y seguido aprisiono enter mis labios su clitoris, alterno cuatro o cinco veces más. Suspira y jadea, me jala de los pelos hacia arriba, se desespera, se va a correr y parece querer evitarlo. Es momento. Basculo, estiro brazos y me apoyo, mi polla aprisiona su vulva por fuera, la base del tronco aplasta su hendidura, noto el hueso de su pubis y ella el hueso de mi polla. Nuestras caras alcanzan la misma altura, miro al marido y gesticulo con mi cara, el asume y asiente con la mirada, sigue rezando por que ocurra.
Agarro su mano y la coloco en mi base de la polla, quiero que se empale ella, a su gusto, a su ritmo. Mi cadera retrocede y mi glande encara la entrada de su piscina, mi glande es mas fino y entra deslizando, el tronco mas grueso presenta algo de resistencia. Noto una fuerte presión jugosa y hundo despacio, noto que abre pero no hay mucha soltura, ella me frena en el abdomen y me jala del culo, jadea y respira muy agitada, se encorva hacia detrás, murmulla y deslizo por completo en dos suaves penetraciones hasta el fondo. Se corre en el acto, noto los espasmos. Aprovecho para hundirme entero, me moja los huevos y las inglés, es maravilloso. Sigo el empuje, suave y profundo. Pregunto si todo bien. Le cuesta hablar, sigue hiperventilando y giemiendo pero asiente con la cabeza. Ya está bien abierto, aumento ritmo, comienzo a embestir mas brusco, veo q se va a correr de nuevo, elevo ritmo y se corre otra vez, sus alaridos hacen que yo explote, mi primer round ya está servido. Aguanto dentro unos segundos hasta recuperar el aliento. El marido está muy pendiente ahora, me pide le muestre el condon a la vista, sin decirmelo pero asoma su cabeza para verlo. Ahora si habla, curioso y extrañado. Tiene mucha cantidad me dice, le sonrio, me pongo otro condon y le digo q el siguiente será menos, ella se señala los pechos, los tres estamos algo sorprendidos. Asocio q me decía que le gustaba que se corrieran en sus pechos. En el siguiente quiere sentir mi corrida, me digo. Dudo por un segundo si querría verterse ese mismo condón, algo demasiado kinky pero siendo alemana..., me contengo de preguntarlo, me digo: recuerda que tiene reticencias y parece tradicional... Ahora le brillan más los ojos, su sonrisa ya es de pícara, amplia y permanente, endorfina, serotonina, adrenalina... Placer puro. Ahora está más cariñosa y relajada, besa a su marido, los dos se abrazan en la mas sincera ternura, sus lenguas se animan y se agradecen sin palabras, y yo tengo la inmensa bendición de observarlo y colaborar en ello. Eso es lo que más me gusta, y en cierta manera lo siento y percibo como un momento mágico y hasta envidiable.
Momento de agua y toallitas. Ofrezco y nos refrescamos.
El marido cortés y en tono bromista, me dice antes de preguntarle justo, que él no necesita agua ni toallitas. Se me escapa una carcajada, muy oportuno y morboso. Le pregunto a ella qué tal, me incrusta una mirada y una sonrisa embriagada, está en la gloria, ni siquiera nos hemos besado, no se la veía con interés, yo siempre me adapto, lo innegable es que el placer ha sido brutal. Le pregunto si quiere más, le muestro mi polla aún erguida. Ahora ella es la que suelta una carcajada, la agarra y se gira al marido, le dice sorprendida que mire mi polla, yo agacho mi cabeza, empatizo con él que ha agachado justo antes la suya, encongiéndose de hombros como disculpándose, parece ser que él no tiene esa energía... Pero todo es buen rollo. Ella sin haber soltado mi miembro le dedica a su marido un gesto compasivo y se agacha a darme otra maravillosa mamada. Imagino que sin condón debe ser dificil no correrse del tirón porque la tecnica es casi inmejorable. Además se recrea en introducirse lo máximo posible, parando justo al borde de la arcada, suave, nada frio de peli porno, todo lo hace despacio y con mucho ímpetu, la succión es profunda y súper controlada, increíble, deja escapar mucha saliva, eso me llama la atención, no es habitual tanta saliva, se ve y siente muy cerdo, pero por lo que sea me encanta. Segundo round: vuelvo al pilon, aquello esta no tan en llamas, y no tan encharcado pero el interior en cambio sigue siendo una pecera. El clitoris continua en tamaño medio, hipersensible al tacto. Me mantengo suave, no lo toco de lleno, pero me da una idea de donde estamos y sé a donde vamos. Como segundo round, busco algo mas de dinamismo, no enfriarse es la premisa. Empezamos un poco a cuatro, parece que le gusta mucho porque se recuesta delante, se postra sumisa, eso siempre es buena señal. Voy subiendo de ritmo, lo siguie encantada, masajeo su clitoris y le pido que me releve poniendole su mano donde la mia. Lo capta y se frota suave. Como buena multiorgasmica ya tiene de nuevo a las puertas el siguiente orgasmo, alterno ritmos y profundidades de embestida y lo culmina. Hay que cambiar de postura, ella sigue dispuesta, estos siguientes orgasmos ya no le suponen un gran contratiempo, sigue encantada. Le pido que me cabalgue mirandome de frente, a mi y a su marido. Lo hace tan bien que la siguiente corrida se me viene encima. Me da tiempo a pararla a lo justo, y le digo que quiero correrme en sus pechos, se coloca de rodillas y su marido se mueve para verlo en primer plano, me quito el condón. El tiempo se detiene en seco y eyaculo tres sacudidas en un muy fuerte orgasmo. Ha salido fluida y transparente, en contraste con el sol y la piel, parece un aceite bronceador, la imagen ha quedado muy natural y morbosa, mi esperma se ha precipitado rápido por sus pechos hacia el vientre y costados en una carrera anárquica de railes brillosos, como fuegos artificiales líquidos. Ella excitada y morbosa palpa la textura con la punta de los dedos. Lo hace con cierta cara de extrañeza, está experimentando en modo sumisa, creo que se pregunta si le gusta eso, es mi percepción... Me pongo a su espalda en cuclillas, la abrazo y beso suave en el cuello mientras rozo con mis indices sus aureolas y pechos aun mojados y algo pegajosos. Se eriza y gime, madre mia esta mujer es insaciable me digo. Mientras su marido nos mira hipnotizado, inmóvil, es un completo espectador, no tiene intención de participar, no se ha quitado ni la ropa y hace calor!! Pero es que ni siquiera sé si se ha empalmado. Es otro nivel de voyeur, está absorto y estasiado pero sin inmutarse, como un niño pequeño sobrepasado de felicidad por los acontecimiento.
Despues de eso, vino otro tercer polvo, postura a cuatro patas y después recostados de lateral yo desde atrás elevándole una de sus piernas con mi brazo y mostrando la penetración al ya estrenado cornudo. En esa corrida, ella quiso que me viniera en su boca para luego escupirlo, me dijo que no soportaba el sabor y el olor, pero le daba muchísimo morbo sentir la leche brotar en su cuerpo y su boca. Sinceramente, esto estaba degenerando a velocidad de la luz. Yo me dejaba llevar y veía qué más fetiches podía satisfacer, pero el lugar no se prestaba para mucho más y ya la energía indicó que era momento de volver a la calma y la vida real.
Finalmente acabé corriendome 4 veces. La última en un interminable frenesí de embestidas duras con sus piernas sobre mis hombros. En total en torno a una hora y media de sesión. Le embadurné su torso, se corrió varias veces más que yo, y así acabó nuestra primera cita, con las piernas temblorosas y acalambradas y mil imágenes lujuriosas para recordar. No era mi primera hotwife, pero si una muy especial. Esa fue sin duda una semana inolvidable, con mas sesiones y mucho más morbo. Lo más alucinante fue que nadie nos interrumpio durante tanto tiempo. Eso sí, cuando nos levantamos, dos xuricatos ajenos se ocultaron y perdieron. A saber lo que vieron.