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Me llamo Damaris, tengo 21 años y soy una sissy sumisa con el alma profundamente entregada al arte de servir y complacer. Desde que descubrí mi feminidad más delicada, supe que había nacido para adorar lo femenino, lo dulce, lo obediente, pero también lo intensamente erótico y disciplinado que conlleva el mundo del BDSM. Me encanta sentirme bonita, con ligueros de encaje, corsets que realzan mis curvas, medias finas y tacones altos que me obligan a caminar con gracia. Cada detalle de mi apariencia es una expresión de devoción: me esfuerzo para que mi presencia sea impecable y siempre dispuesta a rendirme ante la autoridad que me domina.Mi mayor placer es servir. Me excita la obediencia, la humillación elegante, ser corregida cuando fallo, y sobre todo, ser moldeada por manos firmes que sepan qué hacer conmigo. Amo el bondage, sentirme completamente inmovilizada, expuesta y vulnerable. El control que se ejerce sobre mí me da una profunda paz: desde una correa atada a mi collar hasta esposas que me impidan moverme sin permiso, todo me recuerda que estoy exactamente donde quiero estar. Disfruto el spanking, siempre que sea medido y en zonas que no dejen marcas visibles, porque me encanta mirar mi piel enrojecida y recordar mi entrega sin temor a mostrarla en público. También me encanta el tease & denial, que jueguen con mi deseo como si fuera un juguete, estirando los límites de mi paciencia hasta dejarme temblando de necesidad.La feminización forzada me enciende como pocas cosas: ser obligada a usar ropa aún más provocadora, maquillarme de forma excesiva o aprender modales de señorita bajo presión son juegos que me excitan tanto mental como físicamente. La disciplina verbal, los castigos sutiles, el uso de plug o cinturones de castidad, los entrenamientos para obedecer comandos sin pensar todo eso me llena de orgullo y excitación.Entre mis placeres más profundos está el pegging: me encanta ser tomada, sentirme completamente sumisa bajo el dominio de una figura activa, fuerte, que use mi cuerpo con autoridad. También disfruto los juegos de control de orina (watersports con higiene), las posiciones de sumisión prolongadas, el uso de anal hooks, y la obediencia a rituales diarios que refuercen mi rol: desde dormir con plug, hasta tareas de limpieza o protocolo que me mantengan en un estado constante de entrega y feminidad.Mis únicos límites claros son los golpes en mis genitales, cualquier castigo que deje marcas visibles (especialmente en cara, cuello o brazos), y todo lo relacionado con el scat. También prefiero mantener mi rostro en anonimato fuera de las sesiones, ya que mi feminidad florece mejor en espacios controlados y seguros.Si buscas una sissy joven, dedicada, leal, profundamente obediente y apasionada por su rol, estaré encantada de ser tu dulce y traviesa muñeca. Siempre lista para servir con una sonrisa pintada y el corazón latiendo por tu aprobación.