La gasolinera

La gasolinera

Volvía de celebrar un cumpleaños en Icod, ya a la ida había hecho parte del trayecto en reserva, por lo que decidí a la vuelta parar en alguna parte del camino a repostar, no me fuese a quedar tirado de noche.  
El empleado estaba atendiendo en la caja así que me serví yo. Pasé por la tienda de la gasolinera haciendo tiempo y cuando el otro cliente llegaba a su coche al chico se le escapa un: ¡joder, qué bueno estás! Cosa que era cierta, cerca de los 40, con mujer y niños, buen cuerpo, se iba en una ranchera. De la misma me mira y se pone rojo rojo. En eso que digo: la verdad es que está bien bueno, menuda suerte tienen algunas. Ahí ya me miró más aliviado y se relajó. No te preocupes le dije, a mi también me pasó una vez, pero yo se lo dije al interesado y menos mal que se lo tomó a bien (ver "el vecino del garaje"), soltó una carcajada.  

Empezamos a hablar un poco y le pregunté a que hora terminaba, en media hora cierro, me dijo. Comentó que si quería nos podíamos echar algo, asentí y me explicó donde estaba un bar al que suele ir y hacen buenos bocadillos. A los 45 minutos llegó, se pidió un bocadillo con una cerveza y yo solo un refresco, me encontraba lleno del cumpleaños. Hablamos un rato y nos fuimos a su casa. Al llegar me dijo que entre gasolinas, gasóleos y demás se iba a duchar porque lo necesitaba, me quedé viendo la tv mientras oía la ducha sin saber muy bien que hacer, me quité los zapatos, solté el cinturón y el botón del pantalón y me desabroché la camisa. Me acerqué al baño mientras veía a través de la mampara como se aclaraba el jabón. De la que abrió la mampara y cogió su toalla le pregunté si me podía dar una ducha rápida, ya que él se encontraba limpio que menos que hacer yo lo mismo. Claro que sí, respondió. Me desnudé, y me metí en la ducha mientras él se secaba, de que acabó salió al salón.   

Una vez estábamos ya duchados y solo con las toallas nos acercamos, nos dimos un morreo y empecé a jugar con mi lengua en sus pezones y mis dedos sobre sus hombros, él me seguía el juego, solté su toalla y comencé a masajear sus glúteos mientras nos seguíamos besando, enseguida soltó mi toalla y se puso también a masajear los míos. Nos tumbamos en el sofá y comenzamos a meternos mano, me encantaba su polla gordita y juguetona y a él le encantaba la mía porque no la soltaba, su lengua pasaba por mis orejas hasta que me susurra: vamos al dormitorio...    

Allí nos tumbamos más cómodos y le empiezo a comer su polla, que buena, como me gusta. A continuación cambiamos el rol. La verdad que estoy disfrutando muchísimo. Me pide que me tumbe boca abajo y comienza a masajearme la espalda mientras su polla se roza con mi culo y con la espalda, ahí me quedo ya totalmente extasiado, con que mimo y cuidado me trata, tras terminar empieza a darme suaves mordisquitos por el cuello, estaba a mil y mi polla lubricaba que daba gusto, me fijo que la suya también. No puedo evitar llevármela a la boca y empezar a saborearla con mi lengua. Para que me corro, me dice. Es cierto que el grado de excitación que teníamos no nos iba a dejar llegar mucho más lejos.  

Paramos y simplemente nos empezamos a acariciar. Las yemas de nuestros dedos iban palpando cada centímetro de nuestra piel, cada piquito que nos dábamos nos las ponía aún más duras. Empezamos a mamar nuestras jugosas pollas, primero yo a él mientras él jugaba con su dedo pulgar con mi glande, me encantaba como se lo llevaba a su boca para a continuación empezar a comer mis huevos y deslizar su lengua hasta mi glande y comenzar a chuparlo como si fuese un caramelo.  
Me voy a correr me decía, yo también le dije. Me tumbé boca arriba y juntó con sus manos nuestras pollas masturbándolas hasta que salió despedida toda nuestra leche, resbalando por mi pecho, mi cara y por el cabecero de su cama. 

Tras ducharnos de nuevo y asearnos volvimos un minuto a la cama donde nos quedamos desnudos medio abrazados, miro el reloj y son las dos de la mañana, intento vestirme buscando la ropa que tengo esparcida entre el salón y el baño, procurando no hacer ruido. Le doy un beso en los labios y aún adormilado me dice: ¿te vas ya? Se levanta y desnudo me acompaña hasta la puerta, en el recibidor con la puerta cerrada nos damos otro beso y le vuelvo a meter mano, se empieza a empalmar y sin darle tiempo me llevo de nuevo su polla a la boca, me lleva otra vez a la cama y comienza a desvestirme. Comienzo a jugar sentado con su polla entre mis nalgas mientras me vuelvo a empalmar y me masturba. Me dice que le masturbe y en la cama entre beso y beso nos vamos masturbando hasta que me dice que se va a correr. Le dejo tumbado boca arriba y me pide que me corra en su boca. Se come toda mi polla mientras se masturba hasta que me corro dentro y él se corre dándome toda su leche sobre mi espalda.   

Otra vez a la ducha (y van tres), solo que ahora ya me visto, nos dejamos los números del móvil, y desnudo me acompaña hasta la puerta. Se queda desnudo con la puerta abierta mientras viene el ascensor. Me fui para casa con otro calentón pensando en el morbo de que nos podía haber pillado algún vecino a las tres de la mañana.

Publicado por: discr-tfe
Publicado: 22/05/2017 07:44
Visto (veces): 638
Comentarios: 5
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Comentarios (5)

yuzu | 28/05/2017 19:59

Me gusta el relato, y sobre todo pensar que pasas a menudo por Icod...

discr-tfe | 28/05/2017 21:02

Sé que te debo una visita desde hace mucho mucho tiempo.

chicharron | 25/05/2017 20:20

muy excitante tu relato, quizás haya que pasar a menudo por esa gasolinera!! jeje, saludos

discr-tfe | 27/05/2017 09:44

Muchas gracias, los tuyos sí que me ponen a 100, jejeje

chinga | 25/05/2017 14:54

en que gasolinera paraste??

discr-tfe | 27/05/2017 09:45

En la que estaba a la vuelta, jejeje 😉

guascaman | 25/05/2017 14:11

me encanta no haberlos pillado jeje

discr-tfe | 27/05/2017 09:45

Tres habría estado genial, jejeje

jose43lp | 25/05/2017 10:46

muy buen relato

discr-tfe | 27/05/2017 09:46

Muchas gracias

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