En las duchas (III, pillados)

En las duchas (III, pillados)

Llegué al vestuario cansado de la sala de aparatos, tan solo con ganas de ducharme e irme, me encontraba tan agotado que no tenía ni ganas de cenar cuando llegase a casa; a lo que vamos, me desnudé, cogí la toalla y el gel, y me dirigí a la última ducha, mi favorita...  

En la sexta ducha había un chico de unos treinta y pocos mirando de frente, vi como se estaba masturbando y se dio cuenta de que me fijé en él, deteniéndome apenas un instante al verle. Cuando di al pulsador de mi ducha mientras esperaba a que saliese el agua caliente, vi como cambió su toalla y el champú hasta la ducha que estaba junto a la mía, al ser más grande mi ducha veía todo el pasillo por el que los demás acceden a las duchas, pudiendo ver siempre quien entra y quien sale. 

Enseguida me preguntó que tal salía el agua de mi ducha porque en la suya el agua salía con poca fuerza (valiente excusa), todo eso mientras con el gel se masturbaba delante de mi sin ningún pudor, la situación me pareció muy morbosa y me dirigí a él empezando a tocarme mis partes, nos dimos un beso y empezamos a meternos mano, nos cogimos el culo y sin decirme nada me metió un dedo dentro, cosa que no me gustó nada y se lo quité, a continuación mirando siempre hacia la entrada del vestuario me abrazó de espaldas colocando su polla entre mis nalgas, al poco cambiamos de posición y empezamos a movernos mientras restregaba mi polla entre sus nalgas y le masturbaba. 

No se oía nada en el vestuario. Volvimos a cambiar de posición, su polla se situó de nuevo entre mis nalgas mientras me masturbaba con su mano y me besaba el cuello, se separó un poco y comenzó a jugar con su polla y mi ano. Me rodeó el pecho con su brazo derecho jugando con sus dedos sobre mi pezón izquierdo, mientras su lengua jugaba con mi oreja cuando siento como me intenta penetrar. Le quité el brazo sin esfuerzo mientras me quejaba por sus maneras. Decidí que lo mejor era irme. Me duché, me sequé y me salí al vestuario para vestirme. Allí había un chico jovencito, de unos veintipocos ya casi desnudo, delgadito, guapo, buen cuerpo, se quitó el calzoncillo, estaba rasurado, una polla de buen tamaño, perfecta, redonda, circuncidada, la verdad que muy bonita, igual que sus huevos. Se fue a la ducha mientras yo observaba su precioso culito. 

A los dos minutos llegó un hombre de unos cincuenta años, sudado, con cara de agotado y la camiseta toda empapada, se desnudó, bebió agua, cogió la toalla y el gel, y se fue a la ducha. Nada más entrar al pasillo de las duchas dio como un salto hacia atrás, algo pasaba y yo no me atrevía a mirar. No se oyó nada, supongo que entró en alguna ducha porque oí caer agua. Enseguida salió el chico jovencito empapado de agua con la toalla envuelta en sus partes y algo de jabón resbalando por su pierna derecha, se le veía muy nervioso, casi no acertaba a abrir la taquilla del temblor que tenía, se sujetaba la toalla intentando tapar su erección. Cuando consiguió abrirla al sacar su mochila se le cayó la toalla y vi su erección, una polla grande, gruesa, la verdad que muy muy bonita, se puso rojo rojo, se le veía muy angustiado. 

Le recogí la toalla, se la di intentando ocultar su erección, era evidente que les habían pillado. Le ofrecí agua que aceptó con el brazo temblando, no quise preguntar nada, era una situación muy tensa, tampoco sabía que decirle para que se tranquilizara. Empezó a vestirse mientras le daba pequeños sorbos a mi botellín de agua. Enseguida salió el otro chico, ya seco con la toalla colgando sobre su hombro derecho, aún estaba empalmado (no había más que verle) aunque la erección iba disminuyendo, se le veía tranquilo. Nos miró a los dos y se encogió de hombros, como no dándole importancia. 

Terminé de guardar las cosas en mi mochila para irme cuanto antes. Cuando me fue a devolver el botellín de agua le dije que se lo quedase, me dio las gracias con la mirada. El otro chico seguía desnudo mirando el móvil y a nosotros. Me fui, salí del gimnasio y ya en la calle mientras me dirigía al coche pude ver como el chico jovencito ya salía también por la puerta a la calle, caminaba muy rápido. 

Desconozco lo que pasó después, si el otro hombre dio alguna queja o dijo algo en recepción, o si simplemente se quedó todo en una anécdota. Mientras estaba en el coche pensaba... ¿Y si me hubiesen pillado a mi? ¡Me habría muerto! Estuve dándole vueltas al tema varios días, incluso estuve una semana sin aparecer por el gimnasio. Supongo que de todo se aprende. 

¿Y a ustedes, les han pillado alguna vez o han pillado a alguien ? ¿Cómo resolvieron la situación?

Publicado por: discr-tfe
Publicado: 20/08/2017 16:36
Visto (veces): 456
Comentarios: 3
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Comentarios (3)

rui | 13/05/2022 02:09

A mí nunca me pillaron porque nunca se dio ninguna situación parecida. Al gimnasio al que voy (casa cuna de Ofra) las duchas son cabinas individuales con puerta y todo... Una pena

josete27 | 29/08/2017 14:37

Uff nuy morboso

guiadeisora | 22/08/2017 15:38

a mi si me pillaron ... pues muchísimo mido ... fe la primera y única vez que me pillan alguien de seguridad en las terminal de guaguas de Santa Cruz... en la de las Américas nunca pasa eso ...

discr-tfe | 24/08/2017 12:15

Pero aquí estás para contarlo, supongo que fue un mal trago. Gracias por tu comentario.

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