Que viene mi mujer

Que viene mi mujer

Me encontraba en La Tejita, justo después de comer, no había mucha gente en la playa para ser un sábado y la marea empezaba a bajar, decidí esperar un rato más para acercarme caminando hacia las rocas que hay al final, ya que a veces se me hace pequeña para caminar.

Poco a poco me fui desnudo hacia las rocas, todo estaba aún mojado por el mar y solo se veían dos personas muy al fondo, así que me limité a sentarme un ratito y ver como bajaba la marea. Al poco veo que llega un hombre de unos 40-42 años con una barba muy bonita y muy bien arreglada, me mira como tímido y se toca como un visto y no visto. Yo le respondo tocándome sin ningún pudor. Veo que se adentra como con prisa y yo voy tras él. 

Nos situamos tras una roca, el otro chico no dejaba de mirar atrás, enseguida nos  empezamos a tocar y se empalmó muy rápido (y yo también), en un momento el glande sobresalió de manera notable sobre el resto de la polla, no sé como le cabía esa maravilla en aquel prepucio. Le faltó tiempo para preguntarme: ¿me la comes? - Si me la comes a mí también, por mi perfecto, le respondo. Sí sí, sin problema, pero te importa empezar primero? 

Casi sin dejarle terminar de hablar ya me estaba comiendo ese cabezote tan bueno y grueso, mientras le oía gemir y le sujetaba sus nalgas cachetudas, de esas que no te apetece soltar, él me acariciaba la cabeza con mucha suavidad. Al poco me dice, tenemos que darnos prisa, mi mujer no sabe que estoy aquí, está durmiendo en la toalla. Aquello no supe muy bien como interpretarlo, si como un date prisa y acaba ya, o como una situación más morbosa donde podíamos ser pillados por su mujer. 

Seguía jugando con mi lengua en su polla hasta me pide que me pare porque se corre. Soltó un buen chorro de leche. Tras soltarla toda se agachó y comenzó a chuparme la mía. Su lengua se deslizaba perfectamente por cada milímetro de mi miembro. Se la sacó y miró hacia atrás. No había nadie más. Siguió saboreando mi polla y se comió mis huevos, decía que le gustaban mucho. Me masturbaba mientras me los comía. De nuevo se la volvió a llevar a la boca mientras sus manos cogían mis nalgas y uno de sus dedos jugueteaba con mi ano 

Enseguida le dije: me voy a correr, y me responde: dame toda tu lechita, que no se te caiga ni una gota. Me corrí dentro de su boca. Se la comió toda y aún seguía con su lengua recorriendo toda mi polla buscando una gota más que saborear. No pude evitar volver a meterle mano de nuevo y darle un último lametón a ese precioso glande que poco a poco se iba recogiendo como si no hubiese salido de su caparazón.  

El chico se fue deprisa y yo me quedé unos minutos más, fui volviendo despacio lentamente, sintiendo como la marea que aún seguía bajando había sido testigo muda de nuestra travesura. Cuando iba llegando a mi toalla vi como el chico con el que había estado se iba al agua cogiendo de la mano a su mujer riéndose ambos. Me limité a quedarme sentado desnudo en la arena sin prestarles atención mientras las olas mojaban y refrescaban mi cuerpo.

Publicado por: discr-tfe
Publicado: 25/01/2018 10:45
Visto (veces): 890
Comentarios: 5
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Comentarios (5)

discr-tfe | 31/01/2018 00:08

Muchas gracias por vuestros comentarios.

nortenotf | 29/01/2018 23:45

me ha encantado esta historia, llena de morbo y desesperación por parte del chico con su mujer, ufff

mikitfe | 29/01/2018 13:45

mmmmm esa tejita llena de pasiones y de muchisimo morbo... buen relato me gusto mucho

parejacan | 26/01/2018 08:34

Que gozada de relato, para eelamerse mmmmmm

parejajoven88 | 26/01/2018 01:05

Muy bien descrito; corto e intenso

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