Feliz reencuentro

Feliz reencuentro

La vida te hace regalos maravillosos a veces. 

Ese día estaba especialmente distraído y cogí la guagua equivocada para ir a trabajar, pero iba con tiempo, así que aproveché para entrar a comprar un cacharro que me hacía falta en una tienda de teléfonos. Me quedé de piedra porque la persona que me atendió había sido alumno mío unos años antes; y estaba fascinado con él por unos ojos maravillosos que tenía y por lo buen tío que era (y por lo buenísimo que estaba). Nos saludamos con un abrazo y hablamos un rato de nuestras vidas. No le quedaba lo que iba a comprar y cuando me iba a ir me dijo que le dejara el número de móvil por si les llegaba. Se lo di encantado, me hizo una llamada perdida y lo agregué a mis contactos.

Al llegar al curro me fui a tomar un café y vi que tenía un mensaje suyo; en él decía que se alegraba mucho del reencuentro y que a ver si quedábamos para tomar algo. Le dije que terminaba de trabajar unas horas más tarde y que me pasaría por la tienda. Me costó un huevo concentrarme en mis clases. Desde que acabé salí como un tiro a mi cita. La tienda ya estaba cerrada pero él estaba dentro. Me abrió y entré. Tenía que completar un pedido, pero no tardaba nada. Me hizo pasar a la pequeña oficina que tenía en la parte de atrás de la tienda y me ofreció una silla, una lata de cerveza y un cigarrillo. Yo quería más, pero me pareció una buena oferta.

Él, al otro lado de la mesa, anotaba números y referencias mientras hablaba por teléfono. Era todavía más atractivo ahora que se acercaba a la treintena. Yo no podía dejar de mirarlo y él sonreía y me sostenía la mirada. Creo que me ruboricé. 

Terminó la llamada, encendió un cigarrillo y tomó un buche de mi lata sin dejar de mirarme. Se levantó, rodeó la mesa y se sentó sobre ella delante de mí. "Profe, las casualidades no existen". 

Al ir a apagar la colilla, mi cabeza quedó muy cerca de donde él estaba sentado y me agarró la cabeza y la hundió en su entrepierna. Yo no hice por soltarme, claro, y lo mordí suavemente a través de su vaquero. Metió su mano por el cuello de mi camisa y me acarició la espalda, los hombros... Me incorporé y me situé frente a él, le besé la boca y nuestras lenguas se saludaron. Tenía unos labios carnosos y besaba muy, muy bien. Lo rodeé con mis brazos y le colé las manos por la camisa, le acaricié la espalda y metí mi mano por el vaquero para acariciarle el culo. Conseguí colarle un dedo entre las nalgas y llegué a su ojete mientras con la otra mano le palpo el paquete. Estaba duro. Él se aflojó el botón del pantalón y bajó la cremallera. Mi mano se hundió en su calzoncillo, se coló dentro y le rodeó la polla deliciosa que me brindaba. Me volví a sentar y la polla me quedó a la altura perfecta: le lamí el prepucio y comencé a bajarlo mientras le lamía la punta del glande. Lo oía gemir, y eso me ponía muy cachondo. Me la tragué completa mientras él suspiraba y respiraba cada vez más deprisa. Lo pajeaba, lo chupaba, le sobaba los huevos... Y se corrió. Mucho. Con ligeras sacudidas. Pensé que no iba a acabar nunca. 

Lo que me hizo él a mí lo contaré en otra ocasión...

Publicado por: lp50nudista
Publicado: 06/04/2018 19:13
Visto (veces): 698
Comentarios: 6
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Comentarios (6)

mistercat | 19/06/2018 22:40

Buen relato.

lp50nudista | 20/06/2018 05:21

Gracias!

mikitfe | 09/04/2018 19:48

mmmm buen sabor de boca... esperamos el final impacientes

discr-tfe | 08/04/2018 11:09

Muy buen reencuentro, muy morboso y como comentan muy bien descrito. Me ha gustado mucho, espero ansioso la segunda parte. Gracias por compartirlo.

claudia24 | 08/04/2018 11:04

Muy morboso tu relato. Un gran reencuentro. Muchas gracias por compartirlo. :)

chanel | 08/04/2018 08:04

La vida ofrece a veces encuentros que jamás esperas. Qué reencuentro tan morboso y que bien vivido. Besos.

parejajoven88 | 08/04/2018 06:24

Bien narrado y muy, muy excitante relato... un gustazo leerlo

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