Un trio por sorpresa

Solo en el apartamento y con unas ganas tremendas de jugar, disfrutar, pasarlo bien... Mediante la aplicación hablo con algunos tíos dispuesto a ello, en cambio uno tenía la seguridad de que vendría, ya le conocía de hace un par de años y no había vuelto a ver, un chico mas joven que yo, rubio, con buen cuerpo y pollote, así que mejor con alguien que ya había tratado para unos magreos y lo que fuera surgiendo
Era por la tarde, cuando otro chico, moreno delgado, guardia de seguridad de un hotel, tenía también interés en venir, le dije donde estaba, pero ya me decía que no tenía la certeza de venir, así que lo dejé en la duda, y decidí con el otro, el rubio, seguir para adelante y quedar por la noche.

Me había pegado una ducha para estar preparado para lo que surgiera, tenia muchas ganas de que llegase, pero aun no era la hora.
Por otro lado el moreno, ya me había escrito después de tantas horas sin saber de el, y que posiblemente iba a pasarse pero dependía de cuando saliera del trabajo y de lo cansado que estuviera.
Pasaron unas horas, y llegaba el momento de recibir al rubiales. Me había mandado unos mensajes que estaba cerca y que salía justo de trabajar
. Yo encantado de que llegara, pero justo me escribe el moreno que me dice que al final se pasaba, ahí me asusté, no pensaba que iba a venir, pero tampoco quería contarle que había quedado con otro chico, pensé que podría quedar con los dos por separado en cuanto se fuera el primero, pero no sabia cuanto tiempo podría tardar, así que me lie por completo y dejé que fueran sucediendo las cosas, sabiendo las consecuencias que pudiesen pasar.

Llega el rubio, abro y le doy paso al apartamento, estaba tan bien como aquella vez que follamos en su coche. Venía algo cansado, y allí en la sala comenzamos a morrearnos, menudos labios carnosos, nos tocarnos, y al quitarnos la camisa, nos mamarnos los pezones y seguir hasta las polla, que gustazo!.

A los 10 minutos me llega un mensaje del moreno que ya estaba por allí, me dio un vuelco al corazón, así que le dije que tocara la puerta, y así hizo. El rubio no entendía nada, ¿Quién viene? ¿A quien esperas?, yo muy nervioso, le respondí que ya lo sabría. Viene un chico que al final decidió de venir. Me miró con cara de circunstancia, sin saber que hacer, le dije: espera aquí que abro la puerta.

Me acerqué abrir y ya al entrar, nos empezamos a morrear en el pasillo sin aún entrar a la sala. Aproveché a ir quitándole la camisa, tenía un buen torso, definido y unos ojos azules muy bonitos. Le cogí de la mano y lo llevé hacia la sala, donde nos esperaba el rubio, que ya en ese instante se había puesto la camisa. Cuando se ven, sin esperar, veo que se echan a reír y se saludan muy efusivamente, yo estaba incrédulo, no sabia que se conocían, me quedé sin palabras, mientras ellos hablaban entre bromas que hacían allí el uno al otro, yo sin mas también me reí y les dije que esta isla era un pañuelo y que estas cosas podrían pasar... pero no pensé que fuera de esa manera.

Noté que tenían química entre ellos y que se gustaban mucho, eso hizo que me relajara, ya que pensé en un momento que se iban a cortar y se largarían de allí, pero todo lo contrario, ellos se acercaron y ya sin ropa, me dirigí a la altura de sus pollas para comenzar con el festín, dos ricas trancas una más larga que la otra, y una mas blanca y caliente que la otra. Mientras se las mamaba a la vez, subía la cabeza para verles como se morreaban, como estaba de cachondo, así iba pajeándome al ver comerse las bocas.

Les dije que nos acercásemos a la cama que estaríamos más cómodos, y allí me tumbé para que fantasearan conmigo.
Me iban mamando la polla; como me gusta eso, que dos tíos estén jugando y comiéndomela a la vez.
El rubio se estira en toda la cama, para así poderme mamar la polla mientras el moreno le levantaba las piernas para metérsela en todo su culo fuertemente, nos mirábamos muy cachondos, aprovechando esa posición para comerle la boca al moreno, besaba muy bien, lo flipaba!

Veía al rubio que estaba apunto de correrse, le decíamos que esperase un poco para hacerlo a la vez. Así que nos pusimos de rodillas en la cama, en frente suya y pajeándonos sin parar, hasta que sin esperar mucho mas nos comenzamos a correr, echándole toda la leche en su torso, eso le gustaba tanto que restregaba toda la pulpa por su rico torso, hasta mezclarla con su blanca y jugosa leche.

Quedó todo pringado, nosotros nos quedamos agustísimo, fui a buscar unas toalla para limpiarnos, e intentar recoger todo aquello que había quedado como una leonera!.

Menudo morbosa entre estos chicos que sin saber hicimos un trio por sorpresa.Flipante, repetirse no sé pero esto no se me olvidará tan fácilmente.

Espero que les haya gustado mi experiencia y relato,
Un saludo a todos!!