El hospital II

Yaiza me había puesto nervioso, vaya que si, pero justo cuando le estaba diciendo que podrían vernos saltaron las alarmas. Entraba una parada y donde había sonrisas lujuriosas y cómplices apareció la adrenalina de salvar una vida. Fue entonces a las tres horas de esa incidencia cuando nos tocó de nuevo la calma. El cansancio de ambos era palpable, sentados en el office con varios compañeros más, en un silencio que estaba roto por la tele tienda de la tv en esa madrugada. Curiosamente era yo el único chico junto a Carmelo el celador y Yaiza, y dos doctoras más, adjuntas al servicio, y Cande una de ellas, de buenas a primeras suelta... Yaiza ya desvirgaste al nuevo? Y yo no supe dónde meterme, pero Yaiza fue rápida y contestó... justo cuando estaba a ello llegó la parada. A lo que Cande respondió. Carmelo le enseñamos que bien nos lo podemos pasar?
Carmelo sin mediar palabra se bajó los pantalones y Cande y Yaiza empezaron como dos niñas golosas a comerle los bajos. Yo quieto en el sofá viendo aquel espectáculo y viendo como en una de esas la otra doctora se empieza a desnudar a mi lado y empezó a meterme mano.
Estaba claro que eso pasaba a menudo. Me levanté del sofá y pasé el pestillo a la puerta. Y fue entonces cuando me di cuenta de verdad lo que me perdí en mis primeras guardias.