Visita a nuestro bungalow

En vista de que nadie lo hace, voy a ver si les entretengo un poco, leyendo este blog y alguno más, que espero seguir poniendo. Hoy voy a hablarles de la visita de nuestro amigo, MARK, al bungalow que cogimos por unos días en el sur.

Estuvimos hablando de que íbamos a pasar unos días solos en un bungalow, de un pequeño y tranquilo complejo del sur de Gran Canaria y nuestro amigo nos dijo que le gustaría hacernos una visita, y así fue. Le dimos la indicación de donde nos estábamos quedando y cuando avisó de que estaba llegando, salí yo a recibirlo fuera y llevarlo a donde esta ella esperándonos.

En ese momento, da la casualidad de que la señora de la limpieza había empezado su faena y estaba llegando al nuestro, por lo que nos quedamos tranquilamente en la terraza, cómodamente sentados, hablando de muchas cosas, no solo de sexo, pues es un amigo con el que se puede hablar de muchas y diferentes cosas.

Una vez que la señora terminó de limpiar el nuestro y tras una espera prudencial, pasamos dentro, donde ya empezamos a jugar los tres, pues con solo bajar y sacar un pecho de mi mujer, cosa que vuelve loco a nuestro amigo, empezó la faena. Hay que ver como se pegó él, a un pecho, y yo al otro, haciendo que sus pezones que siempre están de punta, se pusieran pero que bien duros, y que, con nuestras comidas y mordidas a ellos, empezara a gemir de buen gusto.

Ella estaba con un kaftan, de los que se usan para estar en la piscina, y debajo su bikini, pero ya casi sin la parte de arriba puesta, pues a pesar de seguir amarrada, ambos pechos estaban fuera de su sitio, en nuestras manos y bocas, apretando sus pezones y comiéndolos, para luego con nuestras manos, cada uno por una pierna, empezar a subir por sus tersos y preciosos muslos, en busca del preciado tesoro que guarda entre ellas y que cuando llegamos a él, joder, como estaba de empapado, ¡mi madre!, que bueno era acariciar su mojado coño, hasta el punto que no pudimos resistirnos y empezamos a dos manos a masturbarla y, gracias a que la puerta estaba cerrada y no nos oía nadie o eso creía yo, y aunque nos oyeran, me daba igual, pues, aunque no fuera un complejo liberal, me parecía que a más de una pareja o persona que estaban alojándose allí, les iba el tema, aunque nunca nos dio por tantear a ninguno de ellos.

Pues lo dicho, empezamos a jugar con su coño, acariciándolo, masajeándolo, masturbándolo, y no veas como se mojaba ella más y más, cada vez que jugábamos con él, empezando ella a buscar nuestras pollas, pues estaba animada y no vean cuanto se estaba poniendo.

Así mientras jugábamos nosotros con ella, con sus tetas y mojado coño, ella nos sacó la polla a cada uno y empezó a masturbarnos suavemente, pues quería que disfrutáramos mucho y que no nos corriéramos pronto, para luego agacharse sobre el pollón cabezudo de nuestro invitado y empezar a tragar todo eso cabezón que tiene su polla, sin dejar nada, nadita fuera.

Tragaba y tragaba su polla, mientras él y yo seguíamos acariciándola, jugando con sus tetas y coño, él gozando con la mamada y yo por verla como se la tragaba, como iba desapareciendo más y más en su boca, hasta que desaparecía por completo, además de que no dejaba de comérsela, siempre mirando para mí, pues sabe lo que me gusta y encanta verla comer otra polla.

Tal es así, que sabiendo y conociendo mis gustos, me invitó a unirme a ella, y así empezamos a hacerle a nuestro amigo, una muy buena comida a dos bocas y lengua. Joder si le gustaba, solo con oír como gemía y como retozaba su cuerpo del placer que le estábamos dando, valía la pena, hacer esa comida a dos bandas.

Estaba disfrutando mucho nuestro amigo, que le dije a mi mujer de parar, porque si no se hubiera corrido de esa forma, diciéndole a mi amigo, tras enseñarle, el rico y buen coñito de mi zorrita, que si quería comérselo, a lo cual, sabiendo que no iba a resistirse, él se acostó boca arriba sobre el sofá, haciendo que mi mujer se sentara en el trono de la reina, es decir, poniendo su coño en su boca, mientras yo, sin pensármelo, me dediqué a comer suavemente el cabezón de su polla.

Joder como disfrutaba nuestro amigo de la comida que le hacía al coño de mi mujer y de la comida de polla que yo le hacía, así como ella, notando la lengua de él en su coñito y clítoris, que la hacían mojarse más y más, y yo gozando de esa rica polla.

Para no cansarles más, ya le dije a ella que se sentase sobre la polla de Mark, y que disfrutara de toda ella, cabalgando como a ella le gusta hacerlo y así fue, joder que cabalgada se montó sobre ella, viéndola yo como bajaba y subía sobre esa polla, como entraba y salía de su mojado coño, mientras mi amigo no paraba de tocar y apretar su pecho, cosa que le encanta de ella.

Así llegó el clímax del encuentro, nuestro amigo no podía aguantar más, tenía que correrse y le dijo que se pusiera de rodillas en el suelo, levantándose él y corriéndose en su boca, cara y pecho, joder menuda corrida le echó, mientras yo me corrí solo viéndolos y no vean que corrida eché yo también.

Espero que les haya gustado el pequeño relato de este encuentro y ya estoy dándole vueltas a la cabeza, sobre de qué escribir el siguiente.