Los cuernos de la vecina

Este relato ocurrió estos días que estamos confinados en casa y que normalmente se utiliza para hacer limpieza y ordenar cosas. Como les decía baje al trastero que está en el garaje para ordenar y hacer limpieza, cuando llevaba como media hora haciendo, poniendo y subiendo a los estantes oigo que entra la vecina que vive debajo de mi casa; que es una mujer entraditas en carne con unas tetorras enormes y culo de infarto de unos cincuenta y cinco años. Me saluda ya que los trasteros están uno junto al otro; en un principio no le preste mucha atención y seguí con lo mío; después de unos veinte minutos la vecina se viene a mi trastero para pedirme si le podía ayudar con unas cajas que estaban en unos estantes altos y no podía bajarlos; yo por su puesto: cuando se dio la vuelta quedo a mi vista el enorme trasero de caderas anchas con un traje de andar por casa que hacía que se trasparentara, apreciando de que o no llevaba bragas o las tenía muy metidas en su culo por qué no se le apreciaban de ninguna de las maneras. Después de subirme en una escalera para bajarle dichas cajas donde ella me la sujetaba; quedaba mi miembro a la altura de su mirada, con el pantalón del pijama que llevaba observo que se me queda mirando el paquete con intensidad, hasta que giro para bajar de la escalera y me dice ¿Que pasa estas empalmado? Y le respondo ¿por qué piensa eso? A lo que me contesta es que eso no puede ser normal tremendo bulto me tienes azorada; en eso que cierra la puerta del trastero se pega cuerpo a cuerpo y mete mano por el elástico de mi pijama y me agarra la polla que ya la tenía morcillóna y me dice; valla pollon que te gastas… en eso se pone de rodillas y empieza a mamar como una desesperada agarrándola por el pelo haciendo que se la tragara completamente, lo que le resultaba casi imposible, teniendo varias arcadas y parando para coger aire; se pone en pie, empezamos a besarnos mientras yo le sobaba las enormes tetorras caídas sacándolas del sujetador y sopesándolas pude comprobar que eran como de una 140 de contorno; me dice: quiero que me metas todo ese pollon “ lo necesito “ ; le subo el traje hasta la cintura puedo comprobar que no llevaba bragas metiéndole mano a su coño encharcado, con unos labios gruesos y enormes, empiezo a acariciar y mis dedos resbalaban en su totalidad, no uno ni dos, hasta cuatro dedos, con una facilidad pasmosa se introducían pidiéndome “ métemela reviéntame que necesito sentirme toda llena” poniéndose a cuatro la embisto desde atrás abriendo su coño despacio cuando me dice “ métemela toda hasta el fondo “ y con un empujón duro y fuerte se la clavo toda hasta que desaparece toda completamente, metiendo y sacando con embestidas de caballo profundas cuando empieza a decirme “ reviéntame dame duro cabron que te oigo cada vez que follas con tus amiguitas en tu casa como las haces chillar… dame duro que mi marido no me termina y me quedo con ganas que es un picha floja no sabe que soy demasiada hembra para él; necesito un buen pollon para correrme como una putita. Empieza a chillar como una desesperada, dame, dame duro que me corro, párteme el coño cabron… me corro… me corro… me corro. Me dice me voy que mi marido puede bajar que lo deje durmiendo la siesta; apartir de ahora quiero que seas mi macho, ya me encargare yo de convertir a mi marido en un cornudo sumiso mirón para poder follar en casa los tres.