Perseidas 2020

Esta fantasía recién cumplida, la llevo esperando desde hace años, tenía que ser alguien especial, eso sin duda, y con quién lo planeé en primera instancia despareció de mi vida🤷‍♂️. Mucho me debía el destino que con mi pequeña me pagó, dormí poco la noche anterior, estaba como cuando "vienen los reyes👑", lo habíamos planeado todo, solo faltaba ir a recogerla, salimos antes ambos de la hora acordada, en mi caso porque parecía que el reloj no avanzaba.

Al verla no pude evitar esbozar una sonrisa, a mí encuentro había acudido con un vestidito, los labios rojos y sin braguitas, parecía toda una niña buena, al verme me devolvió la sonrisa pícara.

Nos dirigimos al Parque Nacional, paramos en el primer mirador, no había nadie, nos besamos apasionadamente, tras nosotros el fayal brezal envuelto en la nube. Al bajar el primer vehículo por la carretera, levante el vestido a mi amante para mostrarle lo que aquella noche iba a ser mío, respondió tocando el claxon y perdiéndose en la siguiente curva, entre risas no podría dejar de mirar el brillo de los ojos de la exhibicionista, ¡como le gusta 🙈!, jugamos por allí, escondidos tras la laurisilva, pero poco nos duro porque empezó a llenarse de gente, seguimos subiendo y volvimos a intentarlo en otro mirador, estábamos los dos bastante cachondos, llegamos al Parque Nacional antes de tiempo y nada más llegar, paseando por los senderos, viendo como el vestido transparentaba sus nalgas le pedí que me cabalgara, sentado en una piedra, a plena luz del día, y así lo hizo, no paso ni dos minutos y ya quería correrme, le pedí que bajara el ritmo, que parara, que cambiáramos pero ella no hacia más que acerlerar, el resultado, todo mi placer dentro de ella.
Cómo era temprano aún visitamos los lugares más icónicos del parque, Las minas de San José, La entrada al teleférico y Montaña Blanca, El Parador, la ermita y Los Roques de García, todos mientras le caía por los muslos los borbotones de esperma de la abundante corrida🤤🤤.

Cuando empezó a oscurecer, volvimos a las antiguas extracciones de piedra pómez para montar el lecho, teníamos de todo, galletas caseras, chocolate y café calientes, abrigos y una cómoda cama hecha a partir de sacos de dormir, mantas y piedras, solo quedaba esperar a que cayera la noche.

Hacia frío, pero mejor, podríamos calentarnos el uno al otro, las cañadas ocultaba La Luna, por lo que la oscuridad era intensa, nos dejaba una visión de la bóveda celestial casi perfecta, mal colocados para ver a Perseo, pero ante la atenta mirada de Leo, pudimos descubrir la dirección de caída de las estrellas.
No tardamos en empezás a jugar, nos masturbamos y comimos debajo de la manta, se oían las voces de la gente, veíamos las luces en la oscuridad pero eso no hacía más que subir nuestro libido, en un momento que estaba escondido, comiendo su jugosa joya, escuché los aplausos y ella me llamó urgentemente, me había perdido la primera y gran estrella, poco me importaba en aquel momento.
Llegó su primer orgasmo mientras precionaba su punto G mientras ella se estimulaba el clítoris, estaba absorto mirando la forma de su boca, su nariz, la dureza de los pezones en la helada noche, no quería mirar al cielo, la besaba constantemente mientras la masturbaba, intuía la sorpresa de su rostro cada vez que abría los ojos y miraba a la inmensidad del cielo.
Luego me pidió que me la follará, de cucharita, despacito, ¡y ahí si!☄️☄️ los meteoros penetraban en la atmósfera, como yo en ella.
- Quiero toda tu leche dentro otra vez- me pidió, y como no puedo decirle que no a mí pequeña, aumente ligeramente el ritmo y al momento volvía a culminar mi orgasmo en su interior ¡Que privilegio 🥺!.

Seguimos disfrutando del espectáculo que nos brindaba la naturaleza, cada día que pasa disfruto más de su compañía, hasta casi me hace llorar de la risa, sobre las 00:00 llegaron un grupo de jóvenes que acamparon bastante cerca, nosotros volvímos a jugar incluso empecé a follarme su culo en el amparo de la oscuridad, pero eran tan ruidosos y tan molestos con las luces que acabamos decidiendo acabar en casa de ella, sobre las 3:00 abandonamos el Parque Nacional.

Estaba tan embelesado y agradecido por como había salido todo, muchísimo mejor que en cualquier sueño que hubiera tenido, quería llevarla al puto cielo.

Para no alargar más esto querido lector, usted imagínese a un podenco lamiendo el comedero después de tres días sin comer, pues ese pobre animal era yo. Me la devore de la mejor forma que supe y pude, durante más de una hora estuve con mi mano derecha estimulando su punto G y entre ella y mi lengua, su clítoris, conseguí hacerla llegar dos veces seguidas, cosa que nunca le había pasado.

Entre el flujo vaginal salpicando mi muñeca, el olor de su sexo, los interminables gemidos, su cara atrapada en el cojín, lo que nos decíamos en ese momento que se queda para mí, no pudo haber un mejor broche de oro a una noche increíble.😳