Habitación 153

Llevaba días que no estaba con muchas ganas de quedar, pero llegó el día que en el que estaba como un tigre en celo.
Ese día me puse a mirar la app, entre varios uno me llamó la atención, estaba muy cerdaco y con ganas de tragar, asi que no me lo pensé y comenzamos hablar.

Estaba a punto de trabajar, exactamente se encontraba en el hotel en donde trabajaba unos días y otros días en otra isla, nos enseñamos fotos y nos calentamos.
Me comentaba que quería que lo follasen, y yo con mis ganas de descargar que eran tantas, acepté.
La verdad que en muchas ocasiones me gusta tomarme mi tiempo, disfrutar con la persona y morbosear, tener mis preliminares, pero en este caso no había tiempo que perder.

Me dijo el hotel y la habitación donde se estaba quedando, era la 153, así que me eché andar y allí fui con un poco de nervios por si me preguntaban algo en recepción, pero nada, me dirigí al ascensor y subí al primero, la habitación no estaba muy cerca, así que estuve andando por varios pasillos hasta dar con él, la puerta estaba media abierta y entré, un poco a oscuras aunque era de día tenía todas las cortinas cerradas, creando un ambiente muy misterioso, accedí a la habitación y ahí estaba en la cama a cuatro patas con el uniforme puesto y los pantalones medio bajados.

Menudo culazo tenía el tío, gordito, moreno y sin vello, además un suspensorio que lo marcaba más.
Le comencé acariciar, sobándole bien las nalgas y humedeciendo su agujero.
Fui lentamente metiendole el dedo poco a poco, mientras él jadeaba muy bajito, me acerqué mucho más y le fue comiendo, metiéndole la lengua y haciendo movimientos para que fuera disfrutando más y más.

Le toqué su paquete pero no estaba empalmado eso sí, tenía una buena huevada que a la vez que iba lamiendo su agujero le iba apretando, escuchándolo jadear.
Iba aún más rápido, y me decía que lo follara, pero todabía era pronto, quería seguir metiéndole los dedos, su culo se iba abriendo cada vez más, saqué un sobre de lubricante y se lo fui extendiendo por el agujero para poder meterle más deditos, cuando iba por 3, me dice ¿pero te gusta el fisting?, sin contestarle, le metí los 5 dedos y ahí fue cuando dio un gran gemido.
Después de estar unos segundos jugando con su ano, le dije de follarle, por lo que me contestó:
’Pero antes te la mamo’, y así hizo, menuda mamada tanto con la polla como con los huevos, tenía una boca que le cabía todo al mismo tiempo, un máquina.

Me puse el condón, lo lubriqué bien y abriéndole nuevamente con los dedos le metí mi polla.
Le agarraba de la parte alta de la espalda, a la vez que le iba quitando el chaleco y su camisa blanca, estábamos gozando de placer y el sobre todo al escucharlo jadear y diciéndome que no parase.

Casi a punto de correrme, la saqué y aproveché de nuevo a meterle mis dedos, esta vez metiéndole mi puño, poco a poco iba introduciendo los dedos, hasta que le noto que coge de mi muñeca y tira hacia dentro de él, entró con mucha facilidad, mis dedos se movían dentro y giraba mi muñeca a ambos lados, él solo me decía que siguiera y algún insulto, eso me ponía más cachondo, le estaba reventando y él seguía disfrutando.

Después de un buen ratito así, saqué mi mano y volví a meterle mi polla que estaba como una roca de dura, ya no había tiempo de más y fui follándole bastante rápido, nos queríamos correr ya!.
Primero lo hizo él que seguía a cuatro patas una buena corrida, y sin más continué yo, sin despegarme de su culo salió toda mi leche.
Acabamos muy agusto, el se giró y sin vernos se dirigió al baño a limpiarse, yo cogí una toalla que tenía en una silla para hacer lo mismo.
Cuando se iba colocando su uniforme, daba algun suspiro, Qué bien comenzar el trabajo así!, me dijo.

La verdad que fue un buen polvazo. Ojalá poder repetir otro así.
Espero les haya gustado mi relato.
Un saludo a tod@s!!