Nunca confié en los sitios de contacto porque pensaba que eran carne de película porno pero una mañana de verano charlando con diferentes mujeres en privado me atreví a proponer algo morboso, lo que fuera. De todas ellas, una chica respondió, llamemosla SF, para no dar referencias. Me propuso encontrarnos en un aparcamiento de los multicines en La Laguna. Acepté, con dudas sobre si eso iba en serio o alguien me gastaba una broma pesada. Llegué a las 9 de la mañana aunque habíamos quedado a las 10. Puntual apareció una "hembra" cuarentona preciosa, morena, de grandes pechos con un traje corto palabra de mostrando piernazas y escotazo. Me miró y se acercó a la ventanilla de mi coche. Eres "SF"? le pregunté. Ella, subiendo al asiento del copiloto me respondió, la misma. Estaba cachondo con al polla dura. Miraba ese vestido palabra de honor que escondía esos pechos morenos que quería magrear y esas piernas también morenas que deseaba abrir. Ella me indicó que buscáramos un lugar discreto al aire libre donde aparcar y hacer "cosas divertidas". Durante el camino mostró mucha seguridad y un divertido sentido del humor. Era sencilla pero elegante y enormemente sexy. Su voz contribuía a hacer crecer el deseo. Terminamos en una pista en algún monte. Ella acercó su boca y comenzó a morrearme. Mi mano fue directa a sus muslos y descubrí la agradable sorpresa de que no llevaba bragas, tampoco sujetador. Solo esa prenda que quería arrebatarle y unos zapatos abiertos de cuña. Se subió sobre mi y nos comimos la boca mientras mis manos masajeaban su culo. Tiré de su vestido hacia arriba y quedó desnuda, salvo el calzado. -Pasamos detrás? me dijo con esos labios deseables y esa mirada de loba segura de lo que quiere. Salí por mi lado y ella por el suyo, desnuda, caminando con seguridad. En el asiento trasero se tumbó contra el asiento con las piernas abiertas y comenzó a masturbarse. Me quité la ropa rápidamente y comencé a meneárme la polla mientras la miraba. Me puse tan caliente viendo a esa morena de grandes tetas y coño húmedo con un pequeño triangulito de vello púbico que le pregunté si podía comerle el coño. Ella, con una voz sensual me dijo, vale. Ese vale fue el comienzo de unas horas de sexos de lo mas deliciosa. Le comí la raja mientras la escuchaba gemir y ya no podía mas, quería enterrar mi rabo goteante en esa entrepierna. No llevaba condón y temí que el tema terminara ahí. Se lo comenté y ella sacó de su bolso uno que me coloqué inmediatamente. Sin preguntarle de nuevo, me puse encima de ella y levantó las piernas hasta mis hombros, calzando esos zapatos de cuña y recibiendo mis embestidas con sumo placer. Quise guardar en la memoria cada curva de esa hembra que estaba montando. Su cuerpo, como ya dije, con grandes tetas y hermosas piernas no tenia marcas de bikini. Ummm nudista me dije, mientras le daba un pollazo, su boca abierta pedía mi lengua y se la metí de nuevo mientras la follaba. De su raja brotaba líquido que hacia mas caliente la situación. Cuando estaba a punto de correrme, por alguna razón esa mujer me ponía muy cachondo, propuse cambiar de postura. Me cabalgó en cuclillas mientras chupaba sus pezones y magreaba tus pechos, pesados, deliciosos, naturales. Su cara hacía difícil no soltar la leche en ese momento. Era hermosa, exitante, caliente. Percibí que para esa mujer el sexo era algo natural, un juego para divertirse, para abandonarse al placer. Pasamos a las cuatro patas. Me coloqué fuera del coche y ella perfectamente dispuesta para recibir mi rabo.Se la enterré agarrándola por las caderas y dejando escapar alguna que otra nalgada y pareció gustarle. Ella gemía y su placer aumentaba, yo buscaba mil formas de retrasar mi orgasmo, quería cumplir con ese bellezón. En un momento del metesaca gira su cabez y me dice, eres consciente de que estás follando el coñó de otro hombre? casi me voy pero resistí. Ella se corrió en un sonoro orgasmo que debió escucharse por toda la zona. Pensé en correrme en esa misma postura pero le propuse correrme en su cara y sus tetas. Ella accedíó, se puso de rodillas con su hermoso rostro moreno a la altura de mi rabo. Me quitó el condón y empezó a masturbarme. Pocos minutos después leche brotaba de mi rabo golpeando su cara, entrando en su boca y marcando sus tetas. Creo que nunca en mi vida había soltado tanto semen. Ella me miraba sonriendo. GGuardo esa mirada y ese rostro en mi mente para mis ratos de placer solitario. Se limpio con unos pañuelos de papel que extrajo de su bolso. Nos sentamos en el asiento trasero de nuevo y desnudos nos morreamos un rato mientra ella hacia gala de su simpatía. Buen sexo y humor, una sorpresa agradable para un hombre desconfiado como yo. Quedamos un par de veces mas, siempre con buen rollo, buen sexo y buen humor. Es uno de los mejores recuerdos que me llevo de este 2020. Gracias por tanto placer y tantas risas SF. Te deseo lo mejor.