Salía el sol, pero hacia frio, la calle estaba llena de gente a pesar la situación que vivimos. Al entrar a la tienda, había poca gente. Bueno pues un cambio rápido pensé, así que rápidamente me dirigí a la dependienta y le pedí una camisa de talla un poco mayor, esta me queda muy apretada. Me la busco muy amablemente y pregunte si me la podía probar, a lo que respondió que por supuesto, que por temas de higiene tenia que esperar porque el probador estaba ocupado y había que desinfectarlo al terminar. Bueno me acerque a la zona de probadores y efectivamente, se escuchaba y se notaba que alguien estaba allí.
Tras unos minutos y ver que no salía la persona, pues pregunte: ¿Perdón le falta mucho?
Y un voz muy dulce y acaramelada respondió con un tono muy picara: ¿Para qué?
Uff todo mi cuerpo se estremeció como si de una descarga eléctrica se tratara, pero fui incapaz de decir nada. Entonces empecé a buscar los resquicios entre las cortinas del probador para intentar verla, sin más afán de verla y ponerle cara, sin embargo, no había manera, había cerrado a conciencia.
Entonces escuche su voz de nuevo que pregunto: ¿Sigues ahí, puedes darme tu opinión, por favor?
A lo que yo pícaramente le respondí: ¿ojos que no ven, opiniones que no pueden darse no? Entonces se abrió un poco una de las cortinas y como si de una princesa mora apareció una cara, tapada, solo se le veía los ojos, y una mano que salió e indico que me acercara. Al hacerlo, ella estaba vestida con un precioso mono rojo, que resaltaba todo, cada centímetro de piel, en todos los lados, aquello me dejo totalmente avergonzado a la vez que maravillado. Obviamente le dije que estaba preciosa, que le quedaba como un guante y que allí donde fuese con ese vestido, seria el blanco de todas las miradas. Ella sonrió y dijo gracias adulón, abriendo la cortina como invitándome a salir. Sali, pero esta vez la cortina no se cerro tanto y dejo una rendija abierta, así que fue viendo como el mono se despegaba literalmente de su cuerpo, como sus pechos grandes y duros, al salir dejaban ver sus grandes pezones riquísimos. Luego bajo mas y resulto que al agacharse parecía que me pedía a gritos que entrara, y la follara allí mismo contra el espejo. No llevaba ropa interior y cuando se giro para agacharse a sacárselo ya por los tobillos, puede ver como su rico coñito se abría un poco, apenas tenía pelitos, pero tenía y dejaba ver claramente por su ojito del culo.
La vergüenza de ser visto mirando y el deseo de ver, era una guerra en mi interior, que finalmente gano mi vergüenza y deje de mirar. De repente, pasado un minuto se abrió de repente, allí estaba ella delante de mí, con cara quizás de desilusión o de confusión, no supe interpretarla. Me miro sonrió y se dirigió a la caja. Yo entre al probador, aun olía a ella, entonces la dependienta rápidamente me dijo, esperé que lo limpio, yo le dije que ya estaba dentro no había problema. Al ir a colgar mi camisa, vi unas braguitas en el colgador. si llevaba ropa interior, pero se la había quitado para probarse el mono, dude, pero al final la cogí en mi mano, estaban un poco gastadas pero el tacto seguía siendo suave… las hubiese olido, pero entonces escuche a su dueña desde fuera, que dijo, perdón creo que me he olvidado algo dentro, puedes mirar a ver si lo ves? Si le dije, aquí creo que hay algo, ahora te las doy, espera… pero entonces una mano se coló entre la cortina y dijo, ¿ponla aquí… te importa? Entonces metí mi mano bajo el chándal y dije ahora o nunca… me baje el bóxer y poco a poco acerque tembloroso mi polla a su mano, boca arriba, esperando… la deje encima con mucho cuidado y note como se acelero su respiración, su mano se cerro con fuerza, pero no tiro, empezó a pajearme con mucha fuerza pero sin aspavientos, poco a poco sentí que mi polla explotaría en cualquier momento… y le avise, danto un ligero golpe en el separador, entonces como si de una peli se tratara, entro al probador y se metió toda la polla de una sola vez en la boca y sentir como mi leche subía y se derramaba en su boca como un manantial sin fin… los pies me temblaban… cuando termino, yo aun tenia los ojos cerrados, así que se puso de pie, me miro, me dio un pico.. salió y muy alto dijo, eh cariño esa camisa no me gusta, elige otra y nos vemos en casa en un ratito, avisa si no llegas a cenar, chao!!