Un tutú, dos demonios, tres cómplices...

Un tutú, dos demonios, tres cómplices...

“Bueno, ya sabes lo que hay, sabes lo que quieres, tómatelo con calma y si no puedes contestar a todo el mundo no pasa nada. Tú diviértete, que para eso te hiciste el perfil ¡no seas idiota!”

Esa fue la conversación que tuve conmigo misma antes de reactivar el perfil que había abierto (y cerrado tres días después) en esta web algunas semanas atrás. Digamos que no sabía dónde me metía y ya se sabe que hay cierta descompensación y desespero que hace que las chicas solas suframos un acoso y derribo que hace que huyamos como cervatillas asustadas, claro que a esta cervatilla le puede mucho el vicio. Que quede entre nosotros ¿vale?

El caso es que era la tarde de un jueves muy particular, pues esos atípicos carnavales (no sólo por la polémica en la que se vieron envueltos debido al Coronavirus, sino porque eran mis primeros carnavales soltera después de una década) llegaban a su fin, pero aún me quedaba un cartucho en la recámara, el entierro de la sardina del pueblo de al lado.

Pero volvamos a lo que nos ocupa. Ya inmersa en Xamigos de nuevo, me escribió una pareja que desde el primer mensaje me transmitieron muy buenas vibraciones. Enseguida empezamos a hablar por wsp y con los audios todo fue a mejor. Llegó el sábado y, aunque iba a salir con una compañera del trabajo y su pareja, pasé el día en casa de mi vecina. Si hay algo que me gusta es el morbo que conlleva tener que escabullirme para hablar de ciertas cosas cuando estoy acompañada, ¡me encanta! Les dije que estaba preparando las cosas para la noche, que si querían apuntarse, invitados estaban y que la distancia a su casa no era problema, pues en la mía había hueco para los tres. “Estamos en casa sin nada que hacer, ¡no nos lo digas dos veces!”. Esta respuesta lo que hizo fue darme pie a seguir jugueteando con la idea y animarlos a que se vinieran. Les preocupaba qué diría a mi amiga, pero eso para mí era lo de menos, puesto que con decirle que eran unos colegas sería suficiente.

Llegó la hora de ir a casa de Claudia a prepararme. A todas éstas, Lucía y Valentín no terminaban de decidirse, así que yo continué con mi jueguito para convencerlos. Empecé a enviarles algunas fotos de mi vestimenta para que no me pusieran como excusa que no tenían disfraz. Yo me había improvisado uno de rockerilla ochentera a partir de una camisa negra, unos guantes negros de rejilla, una pañoleta roja atada al pelo recogido en una coleta alta medio ladeada, unas Converses rojas y, por su puesto, un tutú negro que dejaba muy poco a la imaginación y bajo el cual sólo había unas braguitas negras que tampoco es que taparan mucho que digamos. Algo de maquillaje, pulseras de mi época heavy (sí, pasé por esa etapa en mi adolescencia), zarcillos y un par de piercings falsos sumados a los reales terminaron por darme el aspecto que quería.

Unos cuantos rones después, me vi tratando de controlar, no sólo las ganas de fiesta que ya traía de casa, sino el ataque repentino de euforia y miedo ante la posibilidad de encontrarme ante mi primer trío, pues a mi teléfono había llegado un mensaje de confirmación. Lucía y Valentín estaban en camino. No veía la hora de que llegaran para irnos a mi casa, pero tenía claro que quería disfrutar de la noche, y lo que ésta prometía, antes del gran momento.

Cuando me avisaron de que ya habían aparcado, apenas tuve tiempo para decirle a Claudia que volvía en un momento cuando mis pies se pusieron en marcha rumbo al punto de encuentro. Durante los escasos tres minutos que tardé en llegar hasta el lugar, mi mente no paraba y mi corazón latía como queriendo escapar de mi pecho. No tenía muy claro por qué me metía en esos líos pero al mismo tiempo estaba excitadísima.

Aún faltaban unos metros para llegar a ellos cuando los complementos de diablos que me dijeron que habían comprado por el camino los delataron. Me parecía que la sonrisa no me cabía en la cara cuando llegué a donde estaban. Nos presentamos con toda la naturalidad y buen rollo del mundo. Esto fue crucial para mí, pues todos los nervios y las dudas se disiparon, dejando que las ganas, el morbo y la diversión tomaran el control. Sólo quedaba disfrutar.

Una vez de vuelta con Claudia y su chico, y cumplidas las formalidades, era hora de entrar en calor con unas copas y un poco de bailoteo, pues la sangre latina no me deja estar quieta cuando a mis oídos llega algo de música, y esa noche no iba a ser menos.

Lucía y Valentín eran una pareja encantadora. Risueños, simpatiquísimos y poseedores de una complicidad de la que me hicieron partícipe desde el primer instante en que nuestras miradas empezaron a cruzarse entre la multitud al son del orquesteo con el que se amenizaba la fiesta. Aquellos dos demonios que aparentaban ser corderitos disfrazados de diablos me tenían loca. Mientras mi tutú no paraba de moverse al ritmo de las notas, sentía cómo Valentín me escaneaba de arriba a abajo. Yo lo miraba mientras con una sonrisilla y un leve gesto de cabeza, como si de dos colegas se tratara, le mostraba lo mucho que me ponía su chica. Cuando la miraba a ella la sangre se me congelaba al mismo tiempo que un intenso calor me recorría el cuerpo, no me creía que esa noche aquella diablilla fuese a ser para mí. ¡Y qué decir de él! Cuando lo miraba, algo me decía que era de esos hombres que saben bien cómo complacer a una mujer y no veía el momento de ver qué era capaz de hacer con nosotras dos. Sin embargo, y pese a que nos gustaba bromear con la idea de saber lo que tramábamos sin que al resto de personas que nos rodeaba se le pasase siquiera por la cabeza, no dejaba de rondar por mi cabeza la pregunta de si yo estaría, o no, a la altura de las circunstancias ya que sabía que ellos tenían bastante experiencia en el mundo liberal y para mí iba a ser la primera vez.

Eran cerca de las tres de la mañana cuando llegamos a mi casa. En el camino yo venía en el asiento del copiloto para indicar el camino a Valentín, lo que le permitió pasear su mano por mi pierna en alguna ocasión intensificando, así, el temblor que sacudía todo mi ser ante el inminente momento de verme a solas con ambos. Traspasada ya la puerta del piso, no había vuelta atrás. Como buena anfitriona les invité a tomar algo y a que se acomodaran como si de su casa se tratara mientras yo iba a darme una ducha, pues no había parado de mover el cucu ¡perdón!, el tutú en toda la noche.

Mientras trataba de sosegarme bajo el agua, en mi cabeza se agolpaban miles de preguntas, situaciones, intenciones, deseos… ¿Cómo empezaríamos? ¿Esperaban que yo diera el primer paso? ¿Les gustaba tener ellos la iniciativa? ¿Deseaban algo en concreto? ¿Realmente yo les gustaba? Sin embargo, todos estos interrogantes desaparecieron en el mismo instante en el que cerré el agua, abrí la mampara de la ducha para salir y vi que la pareja de demonios estaba dentro del baño. Era el momento de dejar que me adentraran en su mundo.

De repente, pasé de estar aturdida por las dudas a verme rodeada por Lucía y Valentín. La besaba mientras él nos acariciaba a las dos. Luego me besaba él mientras ella observaba excitada. Cuando se besaban entre ellos yo aprovechaba para lamer los tentadores pezones de ella… Fue entonces cuando nos encontramos ante un ligero problemilla, la incomodidad de un baño estrecho sumado a las ganas de seguir jugando.

Nos dirigimos a la habitación. Me quedé de pie justo la puerta, sin terminar de asimilar lo que estaba ocurriendo, viendo cómo Lucía se acomodaba en mi cama y sintiendo la cercanía de Valentín a mi lado, quien pronunció unas palabras que me sacaron de mi abstracción para meterme de lleno en la realidad de aquel momento. “Toda tuya”. Lo miré como si me acabara de dar el regalo que llevaba años esperando (ellos, sabían que eran mi primera pareja y, en especial, ella era mi primera chica), porque de hecho, si bien no me lo estaba regalando, sí me lo estaba prestando.

No sé cuántas cosas se me pasaron por la cabeza en esas pocas fracciones de segundo que tardé en llegar hasta ella. Quería hacer mil cosas, quería dejarme llevar, quería estar a la altura que ella merecía, pero lo que principalmente quería, era darle placer.

Llegué a su dulce boca y poco a poco fui descendiendo, disfrutando de cada parte de su cuerpo que mis labios tocaban, hasta ese soñado momento en el que por fin podría saborear un coñito, y no se me ocurría uno mejor para hacerlo.

Comencé de forma suave, recorriéndolo despacio, como si de un beso con lengua se tratara, como me gusta que me lo hagan a mí. Con cada uno de sus gemidos ganaba seguridad y, obviamente, me excitaba más. Rodeé con una de mis manos su muslo a la vez que con la otra separaba sus labios para dejar expuesto su clítoris, quería divertirme un poco usando el piercing de mi lengua y metiéndole los deditos al mismo tiempo.

Yo seguía concentrada en mi labor de complacer a Lucía cuando noté que Valentín se unía a la partida. Pude sentir cómo su mano me acariciaba queriendo comprobar el nivel de humedad que lo que le hacía a su mujer provocaba en mí misma. Debió encontrar todo tal y como esperaba, porque no tardó en penetrarme, lento, no había prisa y el juego acababa de empezar.

Comiéndome un delicioso coñito mientras me follaban el mío ¡¿cuántas veces habría fantaseado con ello?! Y ahí estaba yo, cumpliendo la primera de mis grandes fantasías ocultas.

En un momento dado, Valentín se acercó a su chica y ambos nos dedicamos a mimarla. Seguimos con besos y deleitándonos con sus pechos. Fue entonces cuando él también pudo disfrutar del sabor de la intimidad de Lucía, pues mientras yo me quedé por el norte de su cuerpo, él bajó al cálido sur del que ya yo había disfrutado largo y tendido.

Cuando ya él se hubo saciado era el turno de nosotras para compensarle el buen trato que nos había dado ambas, así que compartimos el sexo de Valentín poniendo a su disposición nuestras bocas. No se imaginan el nivel de morbo que despertaba en mí esta escena cuando nuestras bocas se acercaban con su miembro en medio.

“¿Creías que nos íbamos a olvidar de ti?” me dijo al tiempo que se incorporaba. Juraría que me puse hasta colorada. Me tumbaron en la cama y con uno a cada lado de mí, me entregué al placer. Cuatro manos acariciándome, dos bocas indagando por aquí y por allá. No sabría decirles quién hizo qué, pues era tal el goce, que me resultaba imposible abrir los ojos.

El reloj seguía su curso y nosotros nuestro juego de complicidad. Valentín y yo queríamos que Lucía alcanzara la cima, por lo que decidimos abordarla de nuevo entre los dos hasta que por fin llegara ese esperado orgasmo que queríamos que la sacudiera. La pobre Lucía, quedó extenuada.

Ella puso rumbo a la ducha y yo, tumbada boca abajo, me desperezaba como la mayoría de los felinos, es decir, con el culo en pompa y con las extremidades superiores estiradas hacia delante. “Alguien se quedó con ganas de fiesta” dijo, divertido, Valentín. Consciente de que ni él, ni yo nos habíamos corrido aún le dije: “¡Quieres follarme el culito?”. “¿En serio?”, respondió atónito a mi invitación. “¡Claro, me encanta!” Volví a contestar yo extrañada por su sorpresa y colocándome para que supiera que iba en serio. No se lo pensó y me ensartó su polla con firmeza pero sin brusquedad. Y con esa misma combinación de energías me folló hasta que ambos acabamos derrotados por el placer. “¡Qué espectáculo!”, dijo una voz que provenía de la misma puerta en la que horas antes él me invitaba a tomar a su chica. No era otra persona que Lucía, que al volver de la ducha disfrutaba del morbo que nuestro juego le suscitaba.

Ya aseados todos y a la vista de que el tiempo no nos había esperado, pues ya eran las siete de la mañana, nos despedimos tras una animada charla sobre lo bien que nos lo habíamos pasado y con la certeza de repetir en cuanto pudiéramos.

Publicado por: lapetitemort
Publicado: 20/02/2021 19:30
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Comentarios: 13
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Comentarios (13)

fernando450 | 16/06/2022 07:49

Que buena eres contando cuentos. Tus relatos están escritos para los amantes de la buena literatura erótica.

lapetitemort | 16/06/2022 07:52

Muchas gracias! La mejor recompensa es saber que se disfruta leyéndolos =)

stikfler | 22/03/2021 13:58

Es brutal, me encanta cómo lo relatas

lapetitemort | 23/03/2021 16:54

Muchas gracias 🤭😘

nonito77 | 03/03/2021 14:17

Que relato más espectacular, la imaginación se me dispara solita, besossss

lois-y-peter | 01/03/2021 08:20

Sin palabras, como siempre. Muchas gracias por deleitarnos de nuevo

lapetitemort | 01/03/2021 15:13

Gracias a ti por la ausencia de palabras jejeje 😘

armani | 27/02/2021 17:10

Siempre es un placer encontrar en tu perfil un nuevo relato. Tienes un don especial para meternos de lleno en tus experiencias. Que sepas que estuvimos como mirones a tiempo pasado todos los que hemos leído tu Miércoles de Ceniza, así como los relatos anteriores, con esa facilidad tuya para describir a la perfección todas las circunstancias y lugares. No es la primera vez que te digo que tomes la escritura en serio, ni va a ser la última mientras no te pongas con una novela que puedas publicar. Besitos, preciosa.

lapetitemort | 27/02/2021 18:38

Qué puedo decirte, Don Armani, que no te haya dicho ya! Mil gracias por tus palabras, aunque ya te he comentado que todavía me veo muy verde para algo así jejeje. Eso sí, te lo agradezco infinitamente. Un besote!!

pullman | 25/02/2021 11:18

Maravilloso relato "Petite", y lo del heavy?, parece que en esta pagina muchos formamos parte de esa gran familia, por lo que el morbo, es acentuado.

lapetitemort | 25/02/2021 15:59

Por ahí había un foro, habrá que darle vidilla, no? 🤘Jejeje. Me alegra que te haya gustado el relato 😊😉

pokecouple | 25/02/2021 07:28

Lucia y Valentín tuvieron mucha suerte de encontrarte y de poder disfrutar de una mujer como tú. Resumas sensualidad y a la vez, un fuego abrasador que te hace disfrutar de los placeres más ocultos de nuestro ser😘😘😘😘❤️

lapetitemort | 25/02/2021 16:01

Qué comentario tan bonito! 🥰. A día de hoy puedo decir que la suerte de encontrarlos fue mía! Me regalaron una entrada en el mundillo PERFECTA! ❤️❤️

loveftv | 24/02/2021 18:39

Que bien escribes., . Felicidades

lapetitemort | 25/02/2021 15:56

Gracias! 😚

mikitfe | 24/02/2021 18:06

Mmm un relato espectacular me gusto mucho arriba el heavy !!! Gracias por compartirlo!!

lapetitemort | 25/02/2021 15:56

Me alegra que te haya gustado 😉🤘🤘

nonito77 | 24/02/2021 15:22

Espectacular relato preciosa, que rico leerlo mientras imagino cada momento

lapetitemort | 25/02/2021 15:55

Mil gracias, corazón! 😊

y5 | 24/02/2021 10:50

Muy buen relato, supermorboso. Solo me queda imaginarte de dos maneras (ya que no podré verlo), en tu epoca de heavy (yo tb pasé la mía), y con el disfraz de rockerilla XD

lapetitemort | 24/02/2021 14:26

Esa es una época por la que hay que pasar sí o sí jajaja 🤣😘

marisa | 24/02/2021 09:42

Muy bien escrito.como siempre.

lapetitemort | 24/02/2021 14:25

Gracias, cielo! 😘😘😘

juan8264 | 24/02/2021 08:55

Sublime como siempre bella petit 😘😘😘😘

lapetitemort | 24/02/2021 14:25

Gracias mi niño! 😉

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