Apagando un calentón

Cuantos de nosotr@s hemos necesitado apagar un calentón con el primero que se te cruce, es que cuando uno está cachondo, no hay nada que lo resista...

Bueno algo así me pasó un día que salía a la calle, había pasado unos días en los que no me había corrido con nadie, así que fui a ver algunas tiendas de ropa en un centro comercial y lo que más me ponía era ver la ropa interior, había algún tío mirando también tocando los slips, bóxers, bermúdas...
Uf estaba cachondísimo, me imaginaba meterme en el probador y que alguno entrase y manosearnos hasta follar en el interior, pero nada, imaginaciones mías.

Mientras tanto miraba la aplicación en donde un tío quería rollito, no estaba nada mal, y solo quería algo de morbo y unas mamadas, no estaba muy lejos de donde me encontraba y sin hablar mucho concretamos quedar y vernos en su casa. Así que me fui más caliente que un caldero hirviendo.

Al llegar a su portal, me dijo que me esperaba desnudo en su habitación, que dejaría la puerta abierta y que entrase en bolas.
Así hice, al entrar al ascensor comencé a desabrocharme el pantalón, quitarme la camisa, mi corazón palpitaba muy rápido, estaba tan ansioso que ni si quiera pensé que hubiera alguien esperando al ascensor, era en un tercer piso y todo podría suceder.

Justamente, su puerta daba frente a la salida del ascensor, la cual estaba media abierta, así que entré y me quité el resto, lo dejé todo en el suelo de la entrada de su apartamento, al fondo estaba la habitación, con la puerta media cerrada y a oscuras, fui hasta allí, lo ví completamente desnudo y abierto de piernas, me acerqué a él y sin pronunciar una palabra comencé a mamarle su rica polla, me entraba completamente dentro, iba masajeándole sus huevos depilados, los que también me los iba metiendo en la boca, escuchaba sus jadeos, madre mía como estábamos disfrutando!.
Muy cachondos, sin dejar de mamar, me giré para hacernos un 69, incluyendo comida de culete, y que gustazo!!, no paraba de decir: menudo culazo tienes cabrón!.

Lo iba chupando como un buen profesional, notaba su lengua como entraba en mi ojete peludo, seguía repitiendo lo mismo, a la vez que le decía que siguiera así y no parase de comerlo.

Nuestra postura duró hasta que decidimos correr nos, teníamos un calentón y había que apagarlo, nos colocamos de manera que mutuamente nos íbamos pajeando hasta sacar toda la leche que llevábamos dentro, hasta que salieron unos chorros que me pringaban todo el pecho, pero que calentita que estaba!, y así caímos fulminados al colchón.

Tras quedar a gusto, nos fuimos a la ducha para limpiarnos la mezcla de sudor y lechita pringosa, que buen rollito la verdad que lo pasamos en grande.
Ojalá estas cosas pasen más a menudo!
Sin más, espero les haya gustado mi relato.

Un saludo a tod@s!!