Toqué el portero del complejo en el que se hospedaba durante su viaje de trabajo... abrió, entré y subí... vi que había dejado la puerta del apartamento entre abierta...
Al cerrarla se hizo la oscuridad... me dejé guiar por su voz y a tientas llegué hasta el... Follamos como animales durante más de dos horas... nos hicimos cómplices, empapándonos en sudor mientras nos comíamos enteros... solo sabía que era casado, jamás supe su nombre, ni su edad, ni vi su cara, ni su cuerpo, ni su polla... nos dedicamos sentir, a gozar y a imaginar sin prejuicios.
De recuerdo me llevé el momento, su olor, su corrida sobre mi polla y las marcas de sus manos en mis nalgas.