Amantes

Nos conocimos a través de esta página hace unos años, quedamos sin saber muy bien qué íbamos a hacer y nos fuimos en su coche a un lugar tranquilo y apartado, todavía recuerdo el olor a nuevo de su coche. Nuestro primer encuentro fue en el asiento de atrás con la incomodidad propia del coche, de no conocernos, del miedo si habría feeling con la otra persona, así que nos hicimos unas pajas, nos quedamos a gusto y hablamos de volver a repetir.

Pasaron unos meses pensando que ya sería agua pasada y no íbamos a volver a vernos hasta que recibí un mensaje en esta página, solo que esta vez quedamos en su casa, enseguida me recibió con una sonrisa, nos fuimos a la sala donde comenzamos a besarnos mientras nos desnudábamos, ahora sí... con más tranquilidad empezamos a acariciarnos, a jugar con nuestros pezones, a morderlos, a conocer nuestros cuerpos con con las yemas de los dedos, y también a comer nuestras pollas, a masturbarnos y a corrernos juntos.

Quedamos cuando podemos para no poner patas arriba nuestras vidas y así con el paso del tiempo y los años sin darnos cuenta nos convertimos en amantes, aprovechando cualquier momento que nos cuadre a los dos (no siempre es fácil) buscando una excusa para salir solo de casa y ver ese cuerpo desnudo que me recibe siempre con una sonrisa y un abrazo de los de verdad, de los que te hacen sentir bien. Disfrutamos con el sexo, besándonos, comiéndonos la boca y disfrutando de esos labios, de nuestras lenguas, de las caricias, de lo bien que huele con esa colonia que no me canso de respirar. Me encanta agarrar esas nalgas con mis manos, me vuelven loco, no las soltaría nunca, disfruto cada vez que hacemos una guerra de espadas, cuando su polla se queda entre mis nalgas o mi polla entre las suyas, y que sensación cuando nos hemos corrido alguna vez en la boca del otro... ¡cómo disfrutamos! ¿Quién ha dicho que dos activos no pueden disfrutar juntos?

Me encanta comerle la polla a mi amante; sí, mi amante; es cálido, sensual y sé que disfruta tanto como yo, ustedes no saben el placer que siento cada vez que me la come, o cuando su lengua juega con mi glande, pero sin duda creo que lo que más nos gusta a los dos es cuando juntamos nuestras pollas y empezamos a masturbarlas hasta que nos corremos a la vez, me encanta ver como sale nuestra leche y recorre su cuerpo. Apenas tenemos tiempo para recuperarnos, vestirme y salir corriendo otra vez para seguir con nuestras rutinas.

Hemos vivido muchas cosas en esa casa, pero aún hay otras pendientes por hacer, como ducharnos juntos o pasar una noche entre sus sábanas; y por qué no... me encantaría encontrarnos un día desnudos en la Tejita, a ver que se nos ocurre hacer entre las rocas. Bueno, solos o con alguien más...