Mi primer trio I

La primera experiencia con el sexo no normativo fuera de la pareja la tuve con veintitantos años con la que entonces era mi chica.

Un día, después de follar y mientras nos reponiamos para volver a la faena ella me hizo una pregunta.

- ¿Tú ves porno?

Yo no sabía que responder. No sabía si la pregunta tenía dobles intenciones o solo era curiosidad.

Ella rompió el silencio con una afirmación.

- Yo cuando estoy sola lo veo y me pajeo.
- Yo también - le respondí ahora más calmado.

- ¿Te parece que pongamos algo para calentarnos para otro polvo?

Asentí y me levanté a encender el ordenador que tenía en la habitación. Juntos buceamos hasta encontrar un vídeo que a los dos nos pareció excitante.

Habíamos girado el monitor hacia la cama donde estábamos ambos tumbados de lado, yo a su espalda. Ella tenía la mano hacia detrás masajeando mí polla mientras yo hacía lo mismo con la raja de su coño. En el ordenador un rubio se follaba a una tía a cuatro patas en un sofá.

- Tiene buena polla el rubio ¿No? - dijo ella.
- ¿Estas mirándole la polla?
- ¿Acaso tu no miras el coño de la tía?
- A ver, tu polla me gusta, pero la del rubio es más grande.
Yo siempre había creído que mí polla era buena, pero tenía que reconocer que lo de aquel tío era superior a mi.
- Metemela cómo se la está metiendo él - dijo mi chica mientras se ponía a cuatro patas.
Yo no tardé en darle lo que quería y así estuvimos follando hasta corrernos, con la vista puesta en el polvo de la pantalla.

Aquello cambió nuestra vida sexual. Veíamos porno muchas veces y descubrí que a ella le ponía y que siempre accedía a follar si veíamos algún vídeo. Yo aproveche aquello. Al principio veíamos porno comercial, pero un día buscando dimos con varios videos amateur. Aquello nos pareció mejor ya que la gente era más normal y nos sentíamos más identificados. Un día me decidí a proponerle a ella que grabamos nosotros algo.

- ¿Lo dices en serio?
- ¿Porqué no? Esa gente lo hace, y no son diferentes a nosotros.
- Si vamos, para que después lo vea todo el mundo - respondió ella indecisa.
- No joder. Lo grabamos y después lo vemos para ponernos y lo borramos.
Ella no estaba segura pero tras mucho insistir accedió. Eran los primeros años 2000 y solo disponíamos de móviles con cámaras de escasa calidad. Pero aún así nos pusimos al lío.
Empezamos con unas mamadas y para mi sorpresa, una vez que empezó la acción, mi novia se soltó la melena completamente. Miraba a la cámara, lamía y chupaba con fuerza, me hacía preguntas del tipo ¿Te gusta que te la chupe así? Aquello me ponía a mil y para no correrme le indique que me tocaba a mí. Me coloqué entre sus piernas y empezé a comerle el coño mientras ella me grababa. Mi novia no bajó el ritmo y seguía hablando para el video. "Comemelo todo", "Meteme la lengua a fondo" o "¿Te gusta lamerme el coño?" salían de su boca con facilidad. Después vino la follada que por falta de práctica quedó imposible de verse. Cuando terminamos decidimos ver los vídeos. La verdad es que a pesar de la calidad nos calentaron bastante.

Esto marcó un nuevo punto de inflexión, ya no solo veíamos porno si no que lo hacíamos.