Te abrí la puerta totalmente desnuda y con muchas ganitas de ti. No sabía si al final vendrías, así que mientras esperaba estaba preparando mi ritual; cigarrito aliñado, una botella de vino enfriando en la nevera, los juguetitos cargados y un buen libro para después de correrme, ese que me recomendó Bruce. Me iba a meter en el agua pero sonó un.. ¡DIN!
-No tengo tiempo. - Fue lo primero que dijiste al entrar.
Acto seguido dejaste el casco de la moto en la entrada de la habitación. Hay que ver como últimamente mis casados sacan la moto a pasear.
Nos hemos visto dos veces, entre pinos y dentro de tu coche, que es más cómodo que el mío. Eres más alto que yo y eso me gusta mucho. Te besé y pasé mi mano derecha sobre tu pecho. Te quitaste la camisa y fui directa a desabrocharte el cinturón del pantalón. Te miré y me estabas mirando fijamente, de esa forma en la que parece que el mundo se detiene pero luego empieza a ir a cámara rápida. Esperé nos segundos. Me hubiera gustado saber que estabas pensando. Te seguí besando. Y entre beso y beso me preguntaste:
-¿Cómo estás?.
-Bien. Ahora mucho mejor.
-¡Ah!, ¿sí?
Y ahí acabó nuestra conversación del día. Al salir, cerraste la puerta del hotel dejándome con tu lechita en las tetas.
Cuando te fuiste, el agua de la bañera seguía aún calentita. Normal, solo habían pasado cinco minutos desde que habías llegado. Me puse un poco de vino y me lo bebí de un sorbo. Sentí en mi boca la mezcla del vino con tu semen, ni tan mal. La volví a llenar. Me metí en la bañera, prendí la antorcha de la paz, encendí y puse al tres a Pirelli mi satisfyer y empecé a pensar en ti y en lo que había ocurrido.Empezamos a hablar en mayo, de hecho me atrevería a decir que fuiste el primer elegido de esta segunda temporada. Siempre me das los buenos días, y raro es el día que no nos decimos alguna guarrada. Me encanta que me mandes fotos y videos porque te apetece, y esos audios ¡Uff!, me ponen muchísimo, y lo sabes. Creo que no sabría reconocer tu voz sin estar excitado.
La primera vez que nos vimos me invitaste a un café, que además aún te debo. Habíamos quedado para conocernos, pero como ya sabíamos y era de esperar, acabamos en el asiento trasero de tu coche hasta que una parejita fitness nos interrumpió, luego la Brifor y la parejita otra vez... Habría que investigar mejor eso de los hoteles por hora.
La segunda vez llegábamos los dos de viaje a la isla, y antes de llegar cada uno a su casa quedamos en nuestro nuevo sitio. Decidimos volver a quedar en el monte, aunque esta vez en un apartadero algo alejado pero donde a veces pasan personas paseando, sobre todo señores con perro. Esta vez era de noche y nos dio bastante igual. Recuerdo que no fue una mala noche, pero lo que más me gustó fue verte luego con cierto apuro limpiando el asiento porque lo habíamos manchado. No consigo hacer squirt pero excitada me humedezco muchísimo, y se nota cuando me corro. Nota mental repetida, recordar traer toalla la próxima vez. Una pena que se nos ocurriera después llevar el consolador ventosa, pegarlo por fuera del coche y follármelo para ti bajo las estrellas. Lo tengo de primeras en nuestra lista de pendientes. Aunque pensándolo mejor, este plan mejor para verano. Subí a Pirelli al cuatro, mejor al cinco.
Dejé de viajar y volví al presente. Aterricé en esa bañera de agua templada con tu leche en las tetas y un sabor algo amargo en la boca.
Tu parienta está de vacaciones y no puedes ni tocarte una paja tranquilo, imagina salir de casa. Te imaginé buscando una escusa para poder escaparte y visitarme en el hotel. Al final optaste por avisar a un amigo para dar una vuelta con la moto y un café. Te imagino conduciendo y disfrutando de ello, cada recta y cada curva, pero con la mente en mi coñito y mis tetitas. "Queriendo metérmela por el culito" como me dices últimamente. Comerte la polla y que te corras dejándome llena de lechita. Noté como me crecía el clítoris. Subí a Pirelli al seis.
Y te seguí imaginando. Buscando la dirección del hotel. Pensando donde poder aparcar cerca pero tampoco en la puerta. ¡Y que no te vean al entrar! ¿entrar con el casco de la moto será más llamativo? ¿y si me veo alguien conocido?. Al final optaste por entrar con mascarilla. Llegaste a la puerta y tocaste el timbre, ¡DIN!.
Y te abrí la puerta totalmente desnuda y con muchas ganitas de ti.