Mis mejores polvos

Mis mejores polvos

Me he decidido a ir narrando mis mejores polvos, para aquella persona que desee leerlos. Van sin ningún orden concreto, el que me vaya acordando.

Siempre, desde que empecé a tener sexo, he tenido un kink con los maduros. Jamás me he dejado follar por alguien más joven que yo, o de poca edad más que la mía. Siempre 45+, con muy pocas excepciones de 40+. Es lo que me va, es lo que me excita. Yo soy pasivo y sumiso, y mis fantasías siempre van de la mano de maduros, ya sea yo dándoles placer de manera oral, o dejándome hacer anal, hasta mi fantasía (aún inconclusa) del facial.

Así que hace algunos años, no recuerdo muy bien si fue en esta página, o en una de contactos, conecté con un señor de 55 años, de una zona de Telde (lo dejo todo muy abierto para no dar detalles concretos y respetar el anonimato) al que le atraía. Estuvimos algunos días tonteando por mensajes, y la verdad es que me ponía muy cachondo leer lo que me iba a hacer, y a él todo lo que le contaba. Puede ser fruto del nerviosismo o de la excitación, siempre a la hora de quedar me da un poco de "ansiedad". Al final, siempre existen riesgos, y aquella tarde me iba a meter en el coche de este desconocido, e íbamos a ir a su casa, a pasarlo bien. Reconozco que me temblaban un poco las rodillas, y aunque siempre elijo un lugar público como una gasolinera para quedar y sentirme más "seguro", aquella ocasión estaba bastante nervioso. Estuve pensando en darme la vuelta y pegarle el plantón, y mientras me decidía, no solo veo su coche, si no que veo que me está mirando, y me ha reconocido por la ropa que llevo (ya le había comentado como iba a ir vestido). ¡Ya no había marcha atrás! Así que, con el corazón a mil, me acerco al coche, y entro.

Nos presentamos formalmente, y empieza a conducir con destino a su casa. Tenemos un poco de conversación bala sobre esto y aquello, un poco de política, un poco del tiempo Pero estoy nervioso y se me nota, pero con el tiempo nos reímos de ello. Es un señor calvo, con su barriguita, bastante normal, exactamente como a mí me gustan, así que cuando ese nervio se va disipando, no puedo evitar empezar a pensar en lo que vamos a hacer. Pocos minutos después, aparca, y me pide que entremos separados, para ambos es importante la discreción así que acepto sin rechistar, memorizo sus indicaciones, y después de haberle dado un margen para llegar, salgo yo y abro la puerta que ha dejado entreabierta. Dentro de está agradable, es amplio y espacioso.

Me dice que pondrá la tele para hacer ruido y que los vecinos, y me señala la habitación, luego entra. Me quedo un segundo en el salón, respiro profundamente, y dejo que mi lado más “suelto” entre en juego, al final lo que quiero es divertirme y pasarlo bien, así que entro. Él ya estaba desnudo en la cama, la habitación a oscuras pero se puede ver por la luz del pasillo, y según entro veo que ya se está pajeando. La tiene totalmente dura, y se le ve con ganas, así que con la mano me invita a ir a la cama. Me da un poco de shock, así que empiezo a desnudarme torpemente, y empiezo a hablarle sobre si pensaba que yo tenía un buen culito, pero él ya estaba poniéndose a tono, así que termino de quitarme la ropa interior, y me siento tímidamente en la cama al lado de él.

Con sus manos me coge fuerte de las nalgas, y os prometo que cuando me apretó me dio una sensación de calor y de electricidad por todo el cuerpo que seguro que muchos conoceréis, y me encendió de tal manera que mi primer instinto fue buscar su polla con mi mano, lo cual no me costó mucho porque ya estaba durísima. Me encantan los preliminares, pero esa vez empecé a mamar con mucha gana, dando vueltas con la lengua, intentando sacar mucha saliva, forzando el límite e intentando meterla toda en mi boca. Estoy así unos 20 minutos, en los que aprovecha para hacerme algo que en mensajes le confesé que me gustaba, y es apretarme la nariz con los dedos mientras mamo, y cogerme del pelo. Voy disfrutando del momento, y noto como su polla tiene esos pequeños espasmos dentro de mi boca, pero yo quería más, y él también, así que sin mediar palabra me empuja hacia atrás, y le veo ponerse el condón, así que yo obedezco su silenciosa orden y me pongo en mi posición favorita, a 4 patas sacando bien el culo hacia afuera y pegando el pecho a la cama.

Primero siento un escupitajo seguido del dedo lubricando la zona, y poco después, empezó mi parte favorita: en anal. Hay muchas cosas que me gustan del anal, la sensación de sumisión, las nalgadas, la sensación al cambiar de posición pero mi favorita siempre será esa sensación de cuando entra por primera vez. Recuerdo coger las sábanas con fuerza y morderlas un poco, porque me empezó a follar sin ninguna delicadeza. Recuerdo que me dolía un poco, y por una parte quería decirle que tuviese más cuidado, pero por otra eso me excitaba más así que me callé y me centré en las embestidas, en como se escuchaba, en sentirle rebotando contra mis nalgas y en como al poco empecé a gemir sin poder controlarme. Sentía oleadas de placer que me recorrían todo el cuerpo, y el sentirme “usado por un desconocido” solo mejoraba la sensación. Primero estuvimos un buen rato en esa posición, que tanto me gusta. Luego me puso de lado, yo estaba un poco exhausto y perdidamente cachondo, y recuerdo que en esa posición pude descansar un poco las rodillas, pero aún tenía a aquel macho dándome sexo anal con mucho ímpetu, esta vez cogiéndome de la cintura. Luego intenté ponerme yo encima de él, pero estaba tan en el cielo que no me aguantaban las rodillas, así que como mi acompañante no tenía ganas de esperar, me puso otra vez a 4 mirando para el pasillo y me seguía taladrando.

Estuve unos 40 minutos siendo embestido con muchas ganas y cada choque me daba muchísimo placer, había momento en los que me volaba la mente y solo podía pensar en que no quería que aquello terminase. Pero todo lo bueno tiene su final.

Llevo mucho tiempo con un dilema, y es que me encantaría que se corriesen en mi boca y tragar, pero por otro lado me da miedo por el tema de salud, así que nunca me he animado. Así que cuando hablaba con él, le comentaba que disfrutaba mucho cuando se corrían encima de mi, en las nalgas, en el pecho así que mientras estaba a 4 patas, completamente desnudo, en la cama de aquel desconocido, llega el momento en el que la saca. Me pongo boca arriba como puedo, y el se coloca encima de mí, con sus rodillas por la altura de mi ombligo, se saca el condón y se empieza a pajear. Llega el momento de ser bueno y recibir la leche, siento que me la he ganado. Así que se la cojo, le pajeo mientras ambos gemimos y al poco, uno detrás de otro, empiezo a sentir unos buenos chorros de semen que me empiezan a caer directamente en el pecho, cubriéndolo casi por completo, y sintiendo como se me va derramando por los lados. Siento la necesidad de limpiársela con la boca, pero eso tendrá que esperar.

Él aprovecha para ir a ducharse, y cuando se pierde en el pasillo, me doy cuenta. Estoy en la cama de un desconocido, completamente desnudo sin poder moverme, cubierto con su semen por todo el pecho y con el culo bastante dolorido después de la cabalgada que me acaba de dar.

Y no me podría sentir mejor.

Gracias por haberme leído, espero que os haya resultado satisfactorio leerlo, al igual que a mí vivirlo. Sentíos libres de contactarme, a lo mejor podemos crear una nueva entrada.

¡Saludos!

Publicado por: pasivo28lp
Publicado: 07/07/2023 23:40
Visto (veces): 199
Comentarios: 2
A 25 personas les gusta este blog
Comentarios (2)

nacho43 | 30/10/2023 19:31

Me as puesto perraco agrega 634959656

rui | 21/07/2023 22:39

Fantástico relato. Con ganas de leer más experiencias contadas con tacto detalle

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