El olor de aquel perfume

Y de repente al pasar esa chica por delante de mí se desbloqueó aquel recuerdo que tanto me había costado esconder en la mente. Hace más de 20 años que lo inhalé comiéndote el cuello.

Te busqué. Te busqué mil veces pero ya no te encontré. Ahora lo iba a volver a intentar. Eras mi amor, casi platónico, de juventud. ¿El primer amor? Ese que dicen que no se olvida.

Nunca fuimos más allá de pequeños flirteos. Besos, caricias, juegos por encima de la ropa... hasta que un día, tonto de mí, fui detrás de otra falda.

Luego no volviste a querer saber de mi. Normal. Ha pasado el tiempo y supongo que las heridas cicatrizan. Ahora sí te encontré y estuviste receptiva.

Hemos cambiado mucho, pero al verte siguen revoloteando las mariposas en mi estomago. Tu mirada inquieta, tus labios perfilados que dibujan una sonrisa para mí perfecta, tus hoyuelos en la cara. Tu esencia seguía casi intacta. El perfume no era el mismo.

Veinte años más tarde nos reíamos de las mismas bromas, las historias pareciera que fueran de la semana pasada, las conversaciones y nuestra bebida favorita seguía siendo la misma.

La situación se volvía irremediablemente morbosa. Parece que el tiempo y el recuerdo nos debía un buen polvo y ambos estábamos dispuestos a pagar la cuenta.

Pasó. Excitación, desenfreno, lujuria, pasión y deseo. Tu piel aún seguía tersa y suave. Tus manos no sabían estarse quietas. Tu boca parece que solo sabía hacer milagros. Tu sexo era un naciente abundante del deseo. Por mi parte todos era nervios hasta que tomé consciencia de que esta noche eras toda para mí y yo era todo tuyo. Bandera en todo lo alto y que se desate la fiesta. El tiempo, como al buen vino, había hecho madurar el deseo que un día tuvimos el uno por el otro. Dimos la mejor versión de nosotros mismos para acabar sabiendo que aunque el reencuentro había sido inolvidable todo iba a acabar aquí. Al menos se merecía ese final, ¿no?. Un gran final.

A pesar de todo, ya no éramos los mismos. Yo no soy el mismo y tú tampoco. Los recuerdos recuerdos son... como el del olor de aquel perfume.