Si tengo que envolverte en mi marea
será el cenit de nuestros tiempos
amor que perduras en mi cuerpo
que me elevas con tus susurros al cielo
entregándote sin tapujos ni miedos.
¡Tengo tantas caricias para darte!
¡Tanto elixir de fuego para adorarte!
Mi boca nada dejará por explorar
al vaivén del romanticismo incesante
no te dejaré por un segundo de amar.
Amor que aprisiono entre mis piernas
en la sinfonía de la excitación perfecta
tus perlas insinuantes son mi delirio.
¡Cómo no poseerte en esta noche,
hasta derramar en tu caudal mi río!
Mi corazón es el magma de tus latidos
levitaré salvaje en tu pasión interna.
¡Te beberé hasta que mis labios quemen!
En cada amanecer te poseeré sin tregua.
¡Hasta disgregarme con el alma entera!
Te sumergeré entre mis aguas yodadas
en el placer sagrado de la lujuria intensa
cada estrella será un gemido sin pausa
culminaremos gozosos bañados en éxtasis.
¡Entregando todo en esta simbiosis perfecta!