Hechos reales pero insólitos

Antes, a los vecinos, se les pedia azúcar, un brick de leche, tal vez huevos, pero a mi una vecina una vez me pidió coca. Me dijo vecino, ¿tienes polvo? Y se llevó la mano a la nariz. Me meto de vez en cuando, continuó, pero esté, refiriéndose a su marido, no lo sabe. Yo, como buen vecino que soy, le ofrecí marihuana, de eso si tenía, pero ella no consumía. Es como si pides azucar y te dan sacarina o estevia, supongo.
Se marchó y como siempre le miré el culo, esta vez me pilló y me sonrió con esa sonrisa que hacen las muejeres que se sienten deseadas.
Al dia siguiente, volvi a fumarme un cigarrillo en la ventana, y la vi pasar la saludé y me dijo, espera ahora te hablo. Al pasar de regreso, yo ya estaba dentro de casa y me llamó por la ventana. Escuché su susurro a la primera y me dijo que me daría su número de movil, que quería hablar conmigo, pero en otro momento. Siguió de largo, volví a mirarle el culo, ella volvió a pillarme y a sonreir de esa forma que me puso la polla dura, la verdad.
A todo esto, me he dado cuenta de que no la he descrito. Ay, si pensabas que era una belleza nórdica con las medidas perfectas o una diosa de ébano, te has equivocado. Ella es una mujer normal, siempre viste extremadamente corta mostrando orgullosa sus muslos gruesos pero no en exceso y con celulitis. Su piel esta cubierta de tatuajes y tiene esa cara que tienen las mujeres que se meten farlopa y les va la marcha. Sus tetas son naturales y enormes la verdad, pero lo mejor de todo es esa forma de caminar que tiene; mueve todo su cuerpo, casi exhibiéndose, de una forma tan sexy que es difícil de describir.
Su marido es un pedazo de tipo guapete, con gran parte de su cuerpo tatuado, esta fuerte, es canoso. Es un tipo guapo, ese tipo de guapo peligroso, rollo narco, bastante parecido a mi, pero con muchísimo mejor cuerpo. Si me follaba a esa tia, había muchas posibilidades de que me integridad física se viese comprometida, pero ya a estas alturas de la película, como que me daba un poco igual, la verdad.
No supe nada de ella hasta una semana después, me habia metido su numero de telefono por debajo de la puerta de mi casa. En el trozo de papel estaba su número de teléfono, esta anotación: escribeme de 15:00 a 20:00, y un beso con lápiz de labios rojo.
Hostias aquel trozo de papel me puso a mil. Me estaba momtando una película yo solo, pero todos los indicios coincidían.
No le escribí hasta las 17:00, hola vecina, le dije.
No tardó en contestar...
Pensé que no escribirías, contestó.
Conseguiste aquello?, le pregunté. Tengo alguien que me puede pasar si aún te interesa. A 50 pavos.
Yo lo que quiero es probarla contigo.
En tu casa o en la mia, jajaja, le contesté.
En la tuya, tu consigue el tema y te aseguro que lo vamos a pasar de puta madre, contestó y añadió una serie de emlticonos que todo el mundo relaciona con el sexo.
Yo estaba flipando por completo. No me podía creer esto. Esa piba vive con su marido a menos de un minuto de mi casa. Tienen dos perracos que te pueden comer vivo en un instante y yo me estaba planteando drogarme con esta tia y follármela.
Tú crees, continuó, que no me he fijado como me miras? Es que no te cortas, cabrón, te da igual que vaya con este. Me follas con la mirada, zorro. Y sabes que?, me pone toda perra que lo hagas.
Tia, entré al trapo, es que tienes un culo de la hostia.
Si? Qué harías? Me lo lamerías?
Por supuesto.
Cuéntamelo, perro, me dijo. Y me mandó una foto con autodestrucción de su culo.
Joder, la polla me iba a reventar. Aquel culo con el tanga bajado, enorme, con un poco de celulitis y el coño rasurado entre las piernas.
Le dije, por qué no vienes y te lo enseño?
No contestó.
Acaban de llamar a la puerta.
Es ella.