Lo que cuento me sucedió hace ya unos años en el sur de la isla. Soy madurito aun de buen ver y activo sexualmente hablando. Me encontraba en un área comercial y vi a una chica morena, con vaquero y botas, de ojos grandes como fuego de lumbre, que paseaba mirando escaparates en un día de no mucha concurrencia al lugar. Pasé y la miré mientras ella echaba un vistazo a un escaparate con lencerías. Ella se percató de que la había mirado pues mi imagen se reflejó en el cristal y mi giro de cabeza fue muy revelador, supongo, para ella. Yo la miré mientras me iba hacia el baño que se encontraba en un pasillo cercano. No me di cuenta entonces pero me siguió unos pasos por detrás. Yo entré al baño. No había nadie. Ella vino detrás, para asombro mío y se metió en el cubículo donde yo había entrado disponiéndome a hacer pis. Entonces me di cuenta... Me dijo (con acento venezolano):
- "Papito, qué buscas? ¿Me mirabas antes verdad rey?
Adiviné un timbre de voz algo masculino y descubrí que era un travesti, aunque se le notaba poco. Yo estaba en una posición extraña, de espaldas a él/ella. No sabía qué decir. Me dijo:
- "Anda, déjame hacer mi amor, déjame hacer"
Se pegó a mi espalda y me metió mano sin ningún pudor, me acarició con maestría y lentamente mientras lograba en mí una erección notable. Yo estaba con los latidos como podéis imaginar... Empezó a besarme y tuve que girarme. Nos besamos locamente, con pasión, mezclando nuestras lenguas, pero por muy poco tiempo. Hubiera querido más tiempo de besos. Ivonne (así dijo que la llamase) se agachó y metió mi miembro en su boca y, muy lentamente, me saboreó lo que quiso, diciendo
- "Qué rico me sabes cariño"
Y me vine todo en ella sin poder evitarlo. Ivonne siguió comiéndome a pesar de haberme hecho explotar y derramar en sus labios el néctar blanco y tibio que ella buscaba degustar con pasión... Cuando mi erección casi acabó, se levantó y me besó fuertemente mirándome desde sus ojos morenos, se dio la vuelta y salió del servicio mientras yo cerraba la puerta y me subía los pantalones.
Ahí acabó todo.¡No sabéis la de veces que ese recuerdo me viene a la mente...