El Virus del Ordenador

El Virus del Ordenador

Llevaba mucho tiempo, años, queriendo petar ese culo, coger esa cintura, apretar esas tetas y hacerla mía. Cada vez que el azar ó el ascensor nos cruzaba el corazon entraba en fase taquicardica. Ella y yo estabamos casados y con familia y ni se me ocurría un desliz real con ella, porque con la cabeza creo que la follé mil veces y unas cuantas gallolas cayeron pensando en ella y lo que podía ser.
Todo empezo cuando me vio con el portatil bajo el brazo un dia que nos cruzamos en el portal. Me pregunto que si entendía algo de ordenadores y que el suyo iba lento y que su marido no sabia que hacer. Yo la dije que así sin más, no sabía y que había que verlo. Así quedo la cosa y paso el tiempo sin más.
Un día que estaba solo en casa llamaron a la puerta y era ella pidiendo SOS porque el ordenador no la iba y me pidió que si podía echar un vistazo. La dije que me lo pasara, pensando que era un portatil, pero como era de torre, que si pasaba yo a su casa. Me esperaba encontrar a su marido y los niños, pero estaba sola.
Supo encontrar el momento oportuno en el que estabamos los dos solos como así me hizo saber más tarde, ya que llevaba tiempo controlandolo las salidas de nuestras respectivas parejas y al ser vecinos de rellano era más facil.
Me mostró el ordenador y me dispuse a ver que pasaba. Me ofreció una bebida y la verdad que a mí me apetecía otra cosa, pero seguí el juego y accedí a beber una cerveza especial que tenía su marido, ja, ja. Cuando la trajo y la dejó en la mesa, subió el pie a ella y me puso las manos en mi cuello me cogió la mano que tenía manejando el ratón y me la llevo a su muslo. Aquello era una declaración de guerra en toda regla. Me giré, la abracé y comenzamos a besarnos, la agarré por detras y la apretaba las tetas, quité su blusa y el sujetador y cogía los pezones puntiagudos. La desabroché y bajé los pantalones y fuí bajando la mano hasta llegar a su sexo bien depilado, me encanta, introduje mis dedos, la acaricie entera y me puse de rodillas para comerme ese manjar. Ella no aguantaba de pie y nos fuimos a su cama. Tomo las riendas ella y me desnudó, me cogió la verga y comenzo a meterla en la boca, me encantaba verla pasar su lengua por mi glande, me bajé a su sexo y conencé un ritual de lamidas con la punta de mi lengua que la provoca espasmos, a la vez que introducía un dedo por su ano, no paraba de gemir..
Lo primero que hice, puesto que era un sueño que tenía cada vez que la veía fué metérsela por el culo. A lo primero muy despacito, poco a poco hasta que los embites fueron completos y descargué en él. Se apoderó nuevamente de mi miembro y conenzó a jugar con él hasta que conencé a metersela por la vagina, dulce y deliciosa vagina.
Terminamos exhaustos y acariciando nuestros cuerpos, cada centímetro cuadrado de su piel.
Tras cuatro insuperables horas decidimos que había que revisar el ordenador. Tenía un virus. Una vez arreglado, pasé a mi casa.
Su familia iba a estar fuera ese fin de semana, así que me las ingenié para estar fuera de casa una noche y que mi mujer no sospechara. Un circo fué simular que me marchaba y volver a hurtadillas pasando delante de la puerta de tu casa para entrar en la de frente sin que se diera cuenta mi mujer.
La noche fué apoteósica, gozada y disfrute elevado a la enésima potencia. Otra vez hice mío el cuerpo que tanto anhelaba.
Ni que decir el circo que tuve que hacer para salir de casa de la vecina sin ser visto y volver a mi casa como si nada. Despues de eso tuvimos un par de encuentros mas pero decidimos dejarlo porque era muy arriesgado y nos jugabamos mucho. Desde entonces, si coincidimos solos, sólo nos besamos, la toco el culo o las tetas y nos quedamos los dos con unas ganas tremendas de darnos un revolcon.

Publicado por: deportivo
Publicado: 04/07/2025 23:07
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