Sexo fisioterapeutico

Sexo fisioterapeutico

Hace tiempo que voy a tu consulta de fisioterapia para recuperarme de una lesión de espalda. Las sesiones siempre empiezan con un calentamiento suave para pasar a hacer los ejercicios y terminan con unos estiramientos y un masaje relajante. Así al menos fueron las primeras sesiones hasta aquel día.
Para el masaje siempre me quedaba sólo con el tanga puesto y una toalla que me cubría mis partes nobles. Estábamos en silencio, yo con los ojos cerrados, rodeados de una música suave y el olor de los aceites.
Aquel día el masaje empezó como siempre, con tus grandes manos recorriendo cada músculo y cada articulación de mi cuerpo, primero boca abajo y después boca arriba. Aquel día cuando todavía estaba boca abajo tuve la sensación que tus manos le dedicaban más tiempo a mis nalgas, que tus dedos resbalaban furtivamente entre ellas de camino a mis muslos. Pero pensé que eran imaginaciones mías, tal vez provocadas por el placer de aquellos masajes y mi mente fantasiosa.
Entonces tocó darme la vuelta. El masaje seguía con su rutina, pero nuevamente tuve la extraña sensación que tus manos se despistaban levemente hacia mis senos. También pensé que mi imaginación estaba jugando conmigo. Pero entonces le tocó el turno a mis piernas. Masajeando mis muslos, cada vez que llegabas a la altura de mi sexo notaba como lo rozabas levemente con la punta de sus dedos. Ya no eran imaginaciones mías, cada vez el roce era más evidente. La situación me excitaba y no dije nada, pero a medida que sus manos se abrían paso furtivamente, empecé a separar las piernas levemente.
Te diste cuenta que te estaba dando permiso para que aquel masaje fuese algo más, para que tus manos tocasen libremente lo que ahora tanteaban con timidez. 
Sentí como tus dedos, tan hábiles con mis contracturas, jugueteaban con mi clítoris. Dedicaste a esta parte de mi anatomía una de tus manos, mientras con la otra endurecías mis pezones con caricias y pellizcos. Los dedos de la mano reservada para mi sexo empezaron a buscar la entrada de mi vagina. Primero uno, despacio, reconociendo todos los rincones. Luego dos, firmes y expertos entrando y saliendo mientras el pulgar frotaba mi clítoris.
Mi respiración se aceleraba, ahogando jadeos y gemidos. Entonces tus dedos se centraron en frotar ese punto con el que el más mínimo contacto lleva a la explosión del orgasmo, que me hace gritar de placer y chorrear como una fuente, empapando tu mano y la camilla. 
Nos quedamos en silencio, excitados por la experiencia y por lo que sabíamos que habría de suceder a continuación y en las próximas sesiones que ya no terminarían con un simple masaje. A partir de entonces las sesiones de rehabilitación se han convertido en unas maravillosas sesiones de sexo fisioterapeutico.

Publicado por: morticia
Publicado: 07/11/2014 08:01
Visto (veces): 591
Comentarios: 7
A 6 personas les gusta este blog
Comentarios (7)

dongatodiscreto | 26/08/2016 19:53

Definitivamente muy excitante y morboso.

flamencorro | 18/01/2015 13:29

Me encanta el relato. Super excitante y sensual.

alejandro78 | 28/12/2014 23:50

Me encanta el masaje como juego previo a mayores intimades; es un medio de entrar en armonía con el bioritmo de la otra persona, relajarse, un ejercicio de confianza, de placer... Me gusta mucho sentir la energía de la otra persona, lograr que sienta placer en un ascenso ligero y continuado. El masaje contiene unas dosis de erotismo maravillosas Gracias ;-)

alejandro78 | 15/11/2014 20:51

Un relato de fantasía excelente. Me ha logrado elevar los calores... Como fantasía es excelente; como realidad no. No se me ocurriría como profesional abusar de la confianza de un paciente y jugarme el puesto. Insisto, como fantasía es muy excitante. Para desarrollar con la pareja es una pasada; empezar con un masajito, y terminar volando de placer... Gracias! Da gusto ver que hay personas inteligentes, sensibles y cachondas mentales por aquí. Morticia: Me saco el sombrero (sería un placer dejarte ponérmelo algún día) ;-)

morticia | 30/11/2014 04:27

Hay señales, comentarios, miradas, insinuaciones que pueden dar pié a que pasen estas cosas.

diosssa | 07/11/2014 17:52

Me ha gustado mucho, tu forma de expresarte... uffff, casi he notado que me masajeaban a mí... Felicidades por el relato...

tresario | 07/11/2014 11:13

Me encanta el relato, yo soy masajista y en muchas ocasiones he acabado mis masajes así y lo digo por mi experiencia y por lo que me dicen las personas que lo han recibido que es la mejor manera de relajarte por completo a parte del morbo que da. Tu relato es real?

morticia | 07/11/2014 17:06

Tan real que sigo poniendo mi espalda en sus manos.

frannn | 07/11/2014 10:51

Me parece que no es mal negocio hacerse fisioterapeuta y arreglar a las personas con tus manos! ;)

Nuestra web sólo usa cookies técnicas para el correcto funcionamiento de la web. Más información