Uno de los pilares sobre los cuales muchas personas contruyen su vida consiste en pensar mal para acertar. ¡Cuántas personas equivocadas hay en el mundo!
“Pensar mal para acertar”, consiste en creer más que en pensar y, más concretamente, en creer que las demás personas jamás tienen buenas intenciones y que nunca actúan de forma desinteresada. Lo cierto es que así son las personas que poseen dicha creencia y que, simplemente, proyectan su forma de ser en las demás.
Resulta imposible convivir con este tipo de personas. Si les haces un regalo creen que escondes algo, o que has hecho algo malo, o que quieres algo a cambio … y así con cualquier cosa que digas o hagas. Algunas para intentar con vivir con ellas piensan una y otra vez cada una de las palabras que dirán para seleccionar aquellas que dificilmente podrán ser malinterpretadas por dichas personas, lo cual es una tontería además de una pérdida de tiempo.
Sin embargo, estas personas malpensadas creen firmemente que “pensando mal” aciertan en muchas ocasiones, lo cual se debe a dos motivos:
1.Nunca recuerdan la inmensa cantidad de veces que estuvieron no acertaron: memoria selectiva.
2.Las escasas veces que acertaron fue porque ellas provocaron que sucediera de esa forma: profecía autocumplida.
Así pues, la mejor opción es apartar e estas personas de nuestra vida, sean quien sean: padre, madre, pareja o cualquier otra persona. No digo que sea la opción más fácil, pero es la que mejor salud mental te reportará en el futuro.
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