Soy bastante tranquilo, con los pies en el suelo y muchas ideas dando vueltas por la cabeza. Me gusta hablar sin prisas, con gente que no necesita fingir ni rellenar silencios incómodos.
Valoro el humor que sale solo, sin filtros, y a las personas que saben estar sin imponerse.
No me van las apariencias ni los rodeos; creo que lo más bonito suele estar en lo sencillo: un café sin planearlo, una canción que conecta, o una risa que aparece sin buscarla.
Si tú también vas por ahí, igual nos entendemos bien.